BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

martes, 7 de junio de 2011

CULTURA DE CORRUPCIÓN


   Como era de esperar el diálogo patronal-sindicatos sobre la negociación colectiva ha terminado en fracaso y aunque ninguna de las partes, incluyendo al Gobierno, va a decirle a la opinión pública la verdad, lo cierto es que ha sido la patronal la que ha ido a cargarse las negociaciones deliberadamente. UGT y CCOO, que dejaron de ser sindicatos cuando aceptaron el patrimonio sindical acumulado, con el que les compró el Ejecutivo de Zapatero, han hecho de nuevo el lamentable paripé de fingir que les importa. Es mentira. La clase trabajadora nunca ha estado representada en esa negociación y la CEOE es muy consciente de que la reforma que apruebe el Gobierno vía decreto recogerá exclusivamente las aspiraciones de la gran empresa española.
  
   Porque en esa patronal que corta el bacalao no están los pequeños y medianos empresarios que componen más de las tres cuartas partes del tejido económico nacional. La CEOE, en realidad, representa y protege los intereses de un puñado de grandes, que son los que en realidad dirigen el país, endeudándolo hasta las cejas deliberadamente porque cuando llegue Rajoy ( ojalá no llegara nunca pero parece claro que lo va a hacer ) se suavizará la crisis. No porque el líder popular sea un gobernante estupendo, de hecho es tan gris como Zapatero, sino porque habrá llegado el momento de facilitar a España la recuperación a golpe de crédito con carísimos intereses. Fijaos cuando esto suceda quién presta el dinero para cubrir  la deuda española y podréis comprobar la impresionante entidad del fraude del que estamos siendo víctimas.
   
   Olvidaos de todos los discursos diarios sobre la necesidad de cambiar el modelo económico, dejar de depender del ladrillo, la inversión en I+D+i, la especialización y el incremento de la productividad. Son auténticas chorradas.
  
   Ni este Gobierno ni el próximo pretenden nada de eso. Se seguirá haciendo lo que se hace hoy, especular, utilizar el primitivo esquema de la economía española para perpetuar esa España invertebrada que da tanto a tan pocos. Porque sólo la injustificada acumulación de renta en pocas manos permite a ese puñado de privilegiados tener al desarrollo español cogido por el cuello y, evidentemente, logran mucho más beneficio enriqueciéndose a costa de empobrecer a una mayoría que trabajando en un sistema productivo y competitivo. Pretender que las grandes economías de este país se pongan a trabajar es como intentar que el cártel de Juárez deje la cocaína y ponga quioscos de "chuches" para ganarse la vida.
  
   Los "indignados" tienen razón aunque no saben en qué. Tenemos que cambiar nuestro sistema económico y para ello lo primero que necesitamos es un poder político que gobierne de forma independiente y no al servicio del poder económico. Sin unos gobernantes que trabajen para el ciudadano obligando a ese gran empresariado a un reparto menos injusto de la riqueza sólo lograremos mayor injusticia, mayor descontento social y, finalmente, un estallido popular. Y si no lo creéis, esperad y veréis.

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