Nada mas llegar empezaron los primeros baños y cervezas hasta que llego la hora de comer. Después de comer, debido a la imposibilidad de bañarnos buscamos la sombra para descansar un poco mientras otros jugaban con la mascota de la casa, una cabra.
Una vez recuperados y hecha la digestión empezó una batalla para meter a los que no se querían mojar a la piscina, hubo pactos y traiciones pero al final hasta la gente sin ropa de baño probo el agua.
Fue un gran día para cerrar el verano pero también para empezar con fuerzas este nuevo curso en el que no descansaremos ni un solo día.
Un saludo y nos vemos en las aulas.
¡El mañana nos pertenece!
R.E.
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