Roma, 06 de diciembre – Veinte militantes de CasaPound Italia, por la mañana, ocuparon simbólicamente el cuarto piso del Centro de Parapléjicos de Ostia, descolgando por una de las ventanas una pancarta alargada que decía: “defensa de la salud”.
Esta acción se realizó de manera pacífica, sin alterar las actividades normales de los médicos y enfermeras, y duró aproximadamente una hora en la que los militantes del movimiento encabezado por Gianluca Iannone recibieron el apoyo de algunos pacientes y trabajadores.
“La salud pública en nuestro país – dijo Luca Marsella, jefe de CasaPound Iatalia de la costa romana – está colapsando y el CPO es una de las estructuras que lo está pagando más caro, por ello ocuparon el cuarto piso, ya que, parece que puede ser cerrada debido a la falta de personal, por ello se está trasladando a los pacientes a los pisos inferiores. La falta de personal que ya hemos señalado en varias ocasiones y que también se aplica en el hospital Grassi, al que ni las autoridades locales de salud, ni las políticas han dado respuesta. Lo importante es conseguir la inversión para relanzar una estructura de importancia fundamental como el CPO y para evitar la privatización de riesgo, la financiación y contratación de corte nuevo e inmediato a las instalaciones privadas, tales como hogares de ancianos -Casa Feliz Acilia- en los que se pagan cada día miles de dólares decenas de camas, cuando no se utilizan. “
“No asistiran mañana – Marsella continuó – a la sentada organizada por el USW y Cobas en las afueras de la sede de la ASL en el Casal Bernocchi después de que los organizadores han llamado” inadecuada e inapropiada “la presencia de nuestro movimiento, parece claro que el evento mañana será trasladado sólo por los intereses de los propios sindicatos, preocupado por no ser el único contacto de los trabajadores, sobre todo después de nuestras acciones en defensa de la salud pública. Hacemos un llamado a los ciudadanos, los trabajadores y los pacientes a no tomar parte en la protesta de mañana, aislándoles a ellos y a los sindicatos. En lugar de involucrar nos a todos en lo que debería ser una batalla de todos, los sindicatos, agitando la bandera del anti-, de la intolerancia, nos dividen a los trabajadores y fomentan el odio político “.
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