BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

miércoles, 27 de julio de 2011

LAS ATROCIDADES DE LOS JEMERES ROJOS


LAS ATROCIDADES DE LOS JEMERES ROJOS: TRABAJO Y MATRIMONIOS FORZADOS, TORTURA, HAMBRE Y MUERTE 
TdE/ En el corazón de Camboya hay un aeropuerto sin aviones, con los edificios de la terminal llenos de gallinas en lugar de pasajeros, y una tibia brisa que sopla sobre la pista de despegue de más de 2.400 metros de longitud. Los pájaros trinan y las gramíneas se mecen al viento en una imagen idílica. Sin embargo, hace más de 30 años era un campo de trabajos forzados que fue testigo de sufrimientos indecibles.
Cuatro responsables del régimen del terror de los Jemeres Rojos se sentaron el lunes 27 de junio en el banquillo de acusados del Tribunal para el Genocidio Camboyano, cerca de la capital Phnom Penh. El aeropuerto de Kampong Chhang, a 100 kilómetros al noroeste de Phnom Penh, es uno de los seis lugares que acogieron los hechos que recogen las acusaciones.
Más de 30 años después del final del régimen se juaga, por primera vez, a supervivientes del más alto rango, responsables de lo que sucedió. El tribunal, apoyado por la ONU, sienta en el banquillo al ex número dos del líder Pol Pot, Nuon Chea, de 84 años; el ex jefe de Estado Khieu Samphan, de 79; el ex ministro del Exterior Ieng Sary, de 85 años, y su mujer, la ex ministra de Asuntos Sociales Ieng Thririth, de 79.
Están acusados de crímenes contra la humanidad, genocidio y crímenes de guerra. En un primer proceso, el director de la prisión de torturas S-21, Kain Guev Eav, de 68 años, ya fue condenado a 35 años de prisión, aunque se le eximió del cumplimiento de 16. Las dos partes apelaron la sentencia.
El régimen de los Jemeres Rojos quería crear una sociedad maoísta agraria. Pero en su locura persecutoria sospecharon que siete millones de personas lo sabotearían. Durante el régimen del terror, entre 1975 y 1979, perdieron la vida más de 1′8 millones de personas. Los acusados alegan que no sabían nada o que cumplían órdenes.
“En este campo de vuelo fueron detenidos supuestos ‘traidores’ de las filas del Ejército, que fueron obligados a trabajar día y noche”, dijo el fiscal general Andrew Cayley. “los trabajadores fueron torturados, asesinados o murieron de agotamiento o de hambre”. Ahora, el fiscal quiere probar su responsabilidad directa. Antiguos documentos demuestran que al menos tres de ellos asistían a las reuniones del partido en las que se decidió la construcción del campo, y algunos testigos declararán ahora que visitaron el campo de vuelo en 1976.
Al menos 10.000 personas fueron obligadas a realizar allí trabajos forzados. Según Youk Chhang, que dirige un centro de documentación sobre las atrocidades, los Jemeres Rojos fueron apoyados por numerosos chinos. “Según nuestros documentos, los chinos estaban por todas partes, como asesores y formadores que enseñaban cómo había que encerrar a los enemigos de la revolución”, cuenta.
De acuerdo con sus datos, las violaciones estaban a la orden del día y a las mujeres soldados camboyanas se les obligaba a satisfacer a los asesores chinos.
Pero los cuatro acusados deben responder también por historias de matrimonios forzosos. El aparato del partido, el Angkar, que todo lo controlaba, se inmiscuyó hasta tal punto en la vida privada de la población que incluso ordenaba con quién debían contraer matrimonio muchas mujeres.
Pen Sokchan tenía 16 años cuando fue forzada a casarse con un soldado de los jemeres rojos. Cuando se negó a consumar el matrimonio, él fue obligado a violarla. Pen cuenta su historia en una película documental de la directora Lida Chan, que fue terminada justo a tiempo para el inicio del proceso. La directora calcula que el ´régimen obligó a casarse de forma forzosa a un cuarto de millón de mujeres.
“Muchas veces las personas eran recogidas directamente de los campos de arroz y se las condenaba a casarse”, explica Dong Savorn, que presta ayuda legal a las víctimas del régimen ante el tribunal a través de la organización “Cambodian Defender Project” ( Proyecto de Defensores de los Camboyanos ).
“Las parejas eran llevadas a chozas ante las que los soldados se apostaban para espiar, y si se negaban a mantener relaciones sexuales eran ejecutados”. El objetivo de todo ello era producir “niños puros”. “Niños que sólo pertenecían a Angkar y que debían fortalecer la revolución”.

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