EUROPA COMO COMUNIDAD Y SU LUCHA VITAL

De la cuarta contraportada a cargo de Maurizio Rossi, editor de la colección “Caminos de la Weltanschauung”:

“En la primavera de 1942, en Dresde, tuvo lugar la conferencia europea de la juventud estudiantil, justo aquella joven generación de idealistas que tenía decidido cumplir el asalto al cielo yendo en guerra contra los enemigos de Europa. En aquel enorme conflicto, juventud, guerra y revolución volvieron a marchar juntos. Solamente una juventud revolucionaria en marcha habría podido percibir así bruscamente la crisis profunda que iba a invertir la sociedad europea y madurar así la convicción de que una tal crisis pudiese ser detenida únicamente a través de la elección de la acción y la asunción de una nueva cultura revolucionaria, expresión de un radicalismo político y combatiente, que habría tenido la capacidad de abatir definitivamente, mediante la férrea ley de la praxis revolucionaria, el poder de las oligarquías del mercantilismo plutocrático, destruir el viejo mundo del conservadurismo liberal y del parlamentarismo burgués y, por último, acabar con las ilusorias fascinaciones del marxismo soviético. Voluntad de combate, aspiración a un superior crecimiento espiritual, intransigencia revolucionaria, espíritu comunitario y también rebeldía generacional, las referencias más inmediatas a los vínculos simbólicos como la sangre y el suelo, la camaradería y también la experiencia madurada en la lucha, fueron los trazos característicos de la juventud europea de entonces, que con gran idealismo y una enorme dosis de entusiasmo eligieron sacrificarse sobre los campos de batalla para afirmar la causa de la nueva Europa. La emergencia de detener el preanunciado declinar de la civilización europea, la percepción profunda de las problemáticas que emergieron con el conflicto en curso y entonces todavía más viva en la conciencia de una crisis, descrita por muchos como imparable, condujeron a miles de jóvenes europeos a luchar por un Nuevo Orden al lado de la Alemania nacionalsocialista, convencidos en que solo la elección de una tal radicalidad podría hacer surgir aquella voluntad de potencia y de rescate de la cual Europa tenía una terrible necesidad. Por desgracia, no fueron capaces de ver su sueño concretado, pero durante toda la segunda guerra mundial dieron la vida en una magnífica epopeya de lucha y sacrificio de tal grandeza y de tal intensidad cuya memoria, todavía hoy, acaba por turbar el sueño de los enemigos de Europa.”