Captura del comentario de Elena Valenciano en Twitter.
De nuevo la versatilidad moral de la izquierda española al interiorizar puntos de vista que, suscritos por la derecha, o en la dirección contraria, acarrearía un torrente de críticas. ¿Qué pasaría si algún dirigente de la derecha española calificara de “fea” a Elena Valenciano? Que una miríada de dirigentes progres y de organizaciones feministas se lanzarían a degüello contra él por contravenir una de las reglas no escrita de la repugnante democracia española: los insultos lo son o no dependiendo de quien los lance.
La legitimidad moral que la adocenada opinión española concede a la izquierda autoriza por ejemplo al líder de los comunistas andaluces a mofarse de las gigantescas mamas de una dirigente socialista, sin que pase absolutamente nada. O que ahora sea la feminista Elena Valenciana la que haga befa del aspecto físico de un hombre público a través de la red social Twitter. Durante el partido entre España y Francia de cuartos de final de la Eurocopa, no se le ocurrió otra cosa que criticar el físico de uno de los rivales, Frank Ribery.
“¿Habéis visto a alguien más feo que Ribery?”, preguntaba la dirigente socialista en su cuenta de la red social. Acto seguido se dieron miles de respuestas convirtiendo a la protagonista en Trending Topic de forma automática.
Su publicación recibió un gran número de respuestas recriminándole el comentario sobre el aspecto físico del galo. Incluso alguno de sus seguidores le explicaba que el aspecto del futbolista francés al que apodan ‘Scarface’ se debía a un grave accidente que sufrió cuando tenía 2 años y que le dejó profundas cicatrices en la cara.
La vicesecretaria general del Partido Socialista tuvo finalmente que pedir perdón y rectificar: “pido disculpas por mi comentario estúpido. Ha sido el calor del partido pero he hecho mal. Buenas noches”.
En cualquier caso, Elena Valenciana no sería de las españolas más cualificadas para medir la fealdad de los demás, ya que a la suya propia habría que sumar su insoportable deformidad moral.
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