José Antich, director de La Vanguardia, afirmaba acerca de los atentados de Toulouse que, “además de despertar una gran alarma en la región, da verosimilitud a la pista neonazi y al perfil profesional del autor o autores de la matanza”. No contento con ello, escribía: “habrá que recordar que se tiende a dar, en demasiadas ocasiones, la definición de personas trastocadas a quienes son racistas sin escrúpulos.” En el facebook de la organización “Unitat contra el feixisme i el racisme” se afirmaba abiertamente que los supuestos máximos responsables de los atentados eran unos “neonazis”, ilustrando la afirmación con la fotografía de tres soldados francesas expulsados del ejército tras fotografiarse con el brazo en alto y una bandera del régimen nacionalsocialista. Los comentarios publicados en relación a esta fotografía en el facebook de esta ONG (sic) son elocuentes: “Hijos de puta”, “Ratas bastardas”, “xk no acabamos con ellos?”, entre otros suculentos comentarios que demuestran la incultura política y la voluntad de mezclarlo todo para poder justificar su propia existencia.
Parece claro que el terrorista no es “neonazi” ni tiene nada que ver con esta ideología, ni tan siquiera, aunque les pese a los “busca-fascistas-profesionales”, tiene relación alguna con organizaciones consideradas por estos como “facistas”, se trata de un joven, llamado Mohamed Merah, de origen argelino, un joven producto del desarraigo de la inmigración, y que habría abrazado el salafismo.
El joven habría atentado contra soldados musulmanes del ejército francés como represalia por haber actuado en Afganistán, y contra la escuela judía como venganza por los muchos niños asesinados por los soldados israelíes en Palestina.
Tal y como afirmaba ayer, El hombre pequeño, vestido de negro, ha aparecido en el momento justo, y ha escogido a las victimas “necesarias”. En efecto, el terrorista estaba más que investigado desde el asesinato de los soldados franceses, así lo ha afirmado el ministro del Interior, Claude Guéant: “la policía le tenía localizado desde hacía varios días”. Entonces ¿por qué no actuaron antes y evitaron el crimen irracional del colegio judío Ozar Hatorah? Lo afirmé claramente, “para el Poder las víctimas no importan, importan los objetivos”. Así es, el terrible atentado perpetrado en el colegio judío podría haberse evitado, las muertes de esos niños inocentes no se habrían producido, pero ¿había voluntad de dejarle actuar por intereses políticos? Que cada uno piense lo que quiera, pero es obvio que el terrorista estaba localizado, era muy conocido por la policía local de Toulouse, había viajado a Afganistán y a Pakistán, y vecinos suyos lo habían identificado como el posible autor de los dos primeros atentados. Como en muchas ocasiones aparece el terrorista en el momento oportuno y escoge a las victimas “necesarias”.
De estos asesinatos hay varios culpables, no solo quien ha apretado el gatillo del Colt 45, son culpables los decenios de política genocida por parte de Israel; son culpables los EEUU por su política agresora contra países árabes (Irak, Irán, Afganistán, Siria, Libia y Palestina.) en su afán por el control de recursos, y por su apoyo incondicional a Israel; son culpables los gobiernos europeos que han apoyado las acciones de EEUU e Israel, aportando armas y tropas. Todos ellos son los culpables del progresivo aumento del islamismo radical, de la creación de células armadas en territorio europeo (alimentadas por una inmigración masiva, no ya permitida, sino apoyada por esos mismos gobiernos), de la proliferación de mezquitas donde se imparte el salafismo, y son culpables del odio creciente hacia el mal llamado Occidente por las políticas de agresión empleadas por Israel, EEUU y los gobiernos europeos.
Los niños judíos han sido las tristes “victimas necesarias”, unas víctimas que posiblemente, estarán en el pensamiento de muchos votantes de cara a las próximas elecciones presidenciales francesas. El bombardeo mediático contra quienes acusen a la inmigración y a su máximo culpable: las políticas globalizadoras, y al fundamentalismo islámico, estará en el orden día. La acusación de equivalencia de estas posturas con el radicalismo islámico por parte de las mass media será el argumento más ocurrente. Para el Poder las victimas no importan, importan los objetivos, y la política de intereses de “Occidente” en Oriente Medio vale más que la vida de inocentes.
Juan A. Llopart
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