La candidata a la presidencia por el Frente Nacional, Marine Le Pen, ha afirmado que el presunto culpable “debía ser considerado musulmán, antes que francés”.
Dirigentes políticos y religiosos franceses han advertido sobre la posibilidad de un incremento del racismo y la estigmatización contra el Islam como consecuencia de los acontecimientos recientes en Toulouse.
Esta mañana el principal sospechoso de tres ataques mortales que dejaron siete fallecidos en esa región del sureste galo fue identificado como Mohammed Merah, un ciudadano francés de origen argelino, de 24 años de edad.
Tales declaraciones fueron calificadas por el alcalde adjunto del distrito XII de París, como una incitación al odio y al racismo, a la instalación de un espíritu de cruzada inspirado en una guerra de religiones.
Por su parte, el aspirante al Palacio del Elíseo por el Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, felicitó a las fuerzas de seguridad por la rápida ubicación del sospechoso, pero advirtió contra cualquier sentimiento xenófobo ocasionado por estos hechos.
“Nuestro primer deber es luchar contra las estigmatizaciones odiosas que pudiesen derivarse de estos acontecimientos”, aseguró el político.
Mientras, Mohammed Moussaoui, presidente del Consejo Francés de Culto Musulmán, señaló que los múltiples crímenes perpetrados en Toulouse y Montauban están en total contradicción con los principios y valores de esta religión. De igual manera, Dalil Boubakeur, rector de la Gran Mezquita de París llamó a no comparar el Islam con los actos de los movimientos integristas y pidió a todos los musulmanes a estar vigilantes para impedir este tipo de acciones.
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