BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

domingo, 23 de octubre de 2011

MUERE LA MUJER FRANCESA QUE FUE SECUESTRADA EN KENIA POR ISLAMISTAS

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia confirmó ayer la muerte de Marie Dedieu, la mujer que fue secuestrada en Kenia el pasado 1 de octubre, fecha desde la que quedó retenida en Somalia.
«Los contactos a través de los que el Gobierno francés trataba de obtener la liberación de Marie Dedieu (...) nos han anunciado su fallecimiento sin que podamos precisar la fecha, ni las circunstancias. El estado de salud de la señora Dedieu, la incertidumbre sobre las circunstancias de su detención, el hecho de que los captores probablemente rehusaran facilitarle los medicamentos que le habíamos enviado, nos hacen pensar que esta tragedia sea desgraciadamente verosímil», señalaba el Ministerio en un comunicado.
El anuncio de la muerte de Dedieu, de sesenta y seis años y enferma de cáncer se produce seis días después de que fuesen secuestradas dos cooperantes españolas —la catalana Montserrat Serra Ridao (de cuarenta años) y la madrileña Blanca Thiebaut (de treinta años)— capturadas el pasado jueves en el campo de refugiados de Dadaab, al que llegan las víctimas de la hambruna que asuela Somalia. Se teme que, en ambos casos, el secuestro haya sido obra de los islamistas de Al Shabab, vinculados con Al Qaida.

Necesidad de recaudación

A comienzos de agosto, solo unos días después de la declaración de la hambruna en la región, Al Shabab anunciaba una campaña de secuestros internacionales para paliar su dañada economía. El primero de ellos no tardaría en llegar.
El 11 de septiembre, hombres fuertemente armados allanaban un complejo de lujo situado también en la frontera entre Kenia y Somalia, matando a tiros al editor David Tebbutt, de 58 años, y tomando como rehén a su esposa, Judith, de 56 años.
Sin embargo, y pese a su previa declaración de intenciones, al igual que en el caso de las dos cooperantes españolas o la turista francesa, la milicia de Al Shabab siempre ha negado su participación en los hechos.
No resulta extraño. Como asegura a ABC el teniente coronel Paddy Ankunda, de la misión de la Unión Africana en Somalia, «la actual psicosis que Al Shabab mantiene sobre la seguridad de sus tropas», ha obligado al grupo rebelde a «servirse de milicianos independientes para realizar sus propios secuestros».
Posteriormente, ya en suelo somalí, la gestión de su cautiverio, así como la negociación del rescate sí que correspondería, en exclusiva, a la propia milicia. Por ello, «su implicación —directa o indirecta— siempre se produce en este tipo de ataques».
No en vano, como asegura a este diario el mayor Emmanuel Chirchir —portavoz de la actual ofensiva militar del Ejército keniano en suelo somalí— todas las secuestradas (incluso la fallecida francesa) han sido conducidas a la ciudad de Kismayo, principal bastión de las milicias de Al Shabab en el país.
¿El interés actual de Al Shabab? Servirse de «escudos humanos» que eviten un posible bombardeo de la ciudad.

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