Decenas de moros acosando el domicilio de Anglada.
Que alguien para esto antes de que los salvajes mahometanos asesinen a Josep Anglada en su propia tierra, gracias al ‘cordón sanitario’ que políticos y periodistas han establecido para que el cerco criminal al líder de los identitarios catalanes no trascienda más allá de una breve nota de sucesos.
¿Qué otras circunstancias deberían producirse para poner fin a este aquelarre de violencia contra los miembros de Plataforma? Hace unos días, la turba mahometana ponía cerco al domicilio del líder de la PxC en Tortosa, Jordi Casanova. Anteriormente fue la portavoz municipal en Mataró, Mònica Lora. Antes le llegó su turno a la plataformista Menchu Martín. Tampoco el secretario general del partido, Robert Hernando, pudo librarse de las pintadas intimidatorias a escasos metros de su domicilio en Igualada. Lo de ayer en Vic rebasa todos las líneas rojas que hasta un sistema tan indecente como el español no debería permitir.
Unas trescientas personas, mayoritariamente magrebíes, se concentraron este martes en la plaza Mayor de Vic para protestar contra la Plataforma per Catalunya. Posteriormente, se han dirigido hacia el domicilio del líder de la PxC, Josep Anglada y cortaron el tráfico durante media hora.
Fruto de esta acción violenta, los vecinos de Vic permanecieron encerrados en sus casas y observaron impotentes desde sus ventanas cómo esa patulea salvaje destrozaba contenedores, aporreaba los vehículos estacionados en la calle y hasta pretendieron agredir a una mujer de avanzada edad.
Uno de los manifestantes advirtió al resto que había visto Anglada dentro de un coche, e inmediatamente se produjo una persecución masiva por todo el pueblo, lo que obligó a la intervención de los Mossos d’Esquadra. El vehículo acabó con los cristales rotos.
Más tarde, la concejala de PxC, Marta Riera, fue increpada y amenazada por un grupo de jóvenes en el centro de la vciudad, y tuvo que ser protegida por la policía local.
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