BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

miércoles, 18 de abril de 2012

UN REY ASESINO



Como colectivo patriota y animalista, PECTA quiere exponer su opinión ante el cruel, inmoral y vergonzoso “viaje de placer” del Rey.
En primer lugar, y al igual que a la práctica totalidad de los españoles, nos parece indecente que en tiempos de crisis, el monarca se gaste un dineral en un exótico viaje al sur del continente africano. De todos modos, no está de más recordar que la monarquía ha costado y cuesta al pueblo español millones y millones de euros… esta aventura exótica es sólo una gota de agua en el mar de la ignominia.
En este sentido, creemos que ya se ha criticado suficientemente este hecho desde la opinión pública -por fin-, y por ello nos centraremos en analizar el hecho en sí, el safari de “su majestad” desde el punto de vista de la defensa animal.
A nuestro juicio, los safaris y tours de caza son una actividad CRIMINAL, que atenta contra la biodiversidad y la identidad de las naciones. Cientos de especies animales se han extinguido gracias a este pseudo-deporte pensado por y para ricos. Son la máxima expresión de la caza sin sentido; no se busca satisfacer las necesidades alimenticias de nadie, ni siquiera se pone como excusa “regular el ecosistema” o “acabar con una plaga” (argumentos típicos y tópicos de los cazadores). En los safaris, la caza muestra su lado más salvaje, y los ricachones que campan por la sabana y la selva en busca de su “trofeo” son personas sin moral, sin empatía, cegadas por el ego y la sed de sangre.
Nuestro Rey, que ya tiene a sus espaldas un turbio pasado (no en vano ASESINÓ a su hermano con un arma de fuego) vuelve a demostrarnos de qué pasta está hecho; exactamente de la misma que todos los antepasados de su ignominiosa estirpe de vivivores, criminales y matones. Una familia real que ha devaluado el nombre de España, que nos ha llevado a la ruina y que sigue inoculando su veneno a nuestra nación.
Como siempre hay imbéciles satisfechos con su condición de súbditos, han surgido algunas voces que defienden lo indefendible, asegurando que en Botsuana “sobran” elefantes. Su ignorancia es peligrosa. De los 1.3 millones aproximados de elefantes que vivían en África en 1981, en treinta años esta cantidad se ha reducido a poco más de 100.000. Por otro lado, está considerada una especie vulnerable por “NatureServe”, y los safaris, la caza ilegal y la venta de marfil sigue minando las poblaciones de paquidermos. No sobran elefantes, sobran carniceros.
Pero echemos la vista atrás y recordemos la gloriosa trayectoria del “bribón”:
1962: El Rey se aficiona al rifle de caza mayor en África con poco más de veinte añitos. Sus objetivos: leones, leopardos y elefantes.
Finales de la década de los 60: Juan Carlos es invitado a una cacería en Angola, a pesar de que la región estaba inmersa en una guerra. Fue allí donde tomó la famosa fotografía en la que posa junto al cadáver de un leopardo.
Octubre de 2004: El Rey participa en una cacería en Rumanía en la que cayeron bajo los tiros un lobo y nueve osos pardos, entre ellos una osa gestante, según informó el periódico Romania Libera. Ese mismo año, según The Guardian, el Rey consiguió permiso, previo pago de unos 7.000 euros, para matar un bisonte europeo en el bosque polaco de Bialowieza, a pesar de ser una especie protegida.
Su actividad cobarde no ha cesado, por tanto, durante su reinado. Y, pese a todo, es presidente honorífico de una de las asociaciones “ecolo-guays” más importantes, WWF Adena. Curioso ecologismo. ¿Hasta dónde puede llegar el vasallaje y la hipocresía?
Nosotros lo tenemos claro, y como CIUDADANOS LIBRES, denunciaremos una y otra vez la crueldad de Juan Carlos I y de toda esa panda de dementes sin escrúpulos que atentan impunemente contra animales indefensos.
Y si quieren probar “nuevas sensaciones” con animales, les invitamos a hacerlo de una manera bastante más estimulante que enfrentándose armados hasta los dientes a enormes y tranquilos herbívoros:
¡Los borbones, a los tiburones!
PECTA

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