BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

viernes, 13 de julio de 2012

PASAJES DE LA HISTORIA


LA BATALLA DEL EBRO

La Batalla del Ebro se inició la 
medianoche del día 25 de Julio de 1.938, cuando las fuerzas integrantes del Ejército del Ebro del teniente coronel Modesto cruzaron el río rompiendo las líneas defensivas del Cuerpo de Ejército Marroquí del general Yagüe.


La operación respondía a la necesidad imperiosa, por parte del gobierno de la República, de reducir la presión que el Ejército Nacional estaba realizando sobre el frente de Levante, que amenazaba la seguridad de la zona industrial de Sagunto y de la ciudad de Valencia. Además, las circunstancias internacionales, con las tensiones generadas en Europa por las pretensiones del régimen nazi de expansión territorial, hacían necesaria una operación que devolviera a la República una posición favorable en las relaciones internacionales.


La operación diseñada por el Estado Mayor del general Rojo contemplaba el paso del río, la parte más arriesgada, aprovechando el factor sorpresa, por diferentes puntos. Una vez superada la primera fase, las tropas republicanas tendrían que explotar el éxito de la operación adentrándose en el territorio siguiendo distintas líneas de penetración.


La sorpresa inicial de la operación fue un éxito y diferentes unidades de las divisiones 42, 3, 11 y 45 del Ejército del Ebro cruzaron el río por diferentes puntos entre Mequinenza y Amposta, siendo el núcleo del ataque la línea entre Riba-Roja y Benifallet.


Defendían la zona central las unidades de la 50 división del Cuerpo de Ejército Marroquí, que ofrecieron escasa resistencia y fueron obligadas a retirarse hasta formar una línea defensiva siguiendo el eje Fayón – la Pobla de Massaluca - Vilalba dels Arcs – Gandesa – Valle del río Canaletas. Esta línea se establecía el día 26 de julio y hasta el 3 de agosto las fuerzas republicanas lanzaron duros ataques para romperla y continuar así explotando el éxito inicial.


La reacción de las fuerzas franquistas fue rápida y en pocas horas llegaron unidades de distintos puntos del país para reforzar la nueva línea defensiva. Así mismo, la intervención de la aviación y el control de los embalses de la parte superior del río complicaron la alimentación del frente por parte del Ejército del Ebro.


Ante la imposibilidad de continuar el avance, y una vez cumplidos los objetivos originales de la operación, aligerar el frente de Levante y llamar la atención de las potencias europeas con una operación que retornaba a la República la iniciativa militar de la Guerra, el día 3 de agosto, el teniente coronel Modesto daba orden de adoptar medidas defensivas.


En ese momento hubiera podido acabar la Batalla del Ebro, pero contra la opinión de alguno de los generales que defendían la fijación de ese frente y el inicio de una operación contra Cataluña a través de Lérida, el general Franco decidió recuperar el territorio perdido a cualquier precio. Esta decisión es la que convierte el Ebro en la batalla más dura y sangrienta de la Guerra Civil y de la historia de España.


A partir de ese momento y hasta el 16 de noviembre, el Ejército Nacional llevó a cabo 6 ofensivas contra las líneas republicanas. Lo que el Ejército del Ebro ocupó en sólo un día, necesitó más de 100 días para recuperarlo.


El resultado de aquellas operaciones fue una guerra de desgaste que provocó la derrota del Ejército del Ebro, con menos medios materiales y humanos, cerca de 130.000 bajas entre los dos ejércitos enfrentados y que condicionaría la campaña de Cataluña iniciada en Diciembre de 1.938.


A parte de estas connotaciones histórico-militares, la Batalla del Ebro fue la carta jugada por el gobierno de Negrín en la Conferencia de Munich del 29 y 30 de Septiembre de 1.938, donde las potencias europeas condenaron a la República cediendo ante de las pretensiones de la Alemania de Hitler en la crisis de los Sudetes checoslovacos.


Además el Ebro fue el escenario de la retirada de las Brigadas Internacionales del territorio de la República, anunciada el 21 de Septiembre de 1.938 por el presidente Negrín.


Por todo eso la Batalla del Ebro supone uno de los hechos fundamentales para entender la historia contemporánea de Cataluña y España, con unas fuertes ataduras con el resto del mundo.

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