BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

miércoles, 11 de julio de 2012

TRAS EL VERANO LLEGARÁ LA INTERVENCIÓN Y UN GOBIERNO DE CONCENTRACIÓN PP-PSOE IMPUESTO POR LOS MERCADOS EUROPEOS




¿Hay alguna diferencia entre estos dos presidentes?
¿Hay alguna diferencia entre estos dos presidentes?
Fernando de Oyarbide.- De todos es conocida la máxima de que “el pueblo o los ciudadanos” en realidad se enteran de la mitad de lo que en realidad se cuece en un país y en un gobierno, sea cual sea su tinte o color político. Máxime cuando ya durante los últimos años, la mayoría de los principales medios de comunicación respondían a sus propietarios, quienes a su vez lo hacían con los políticos, que o bien formaban parte de los consejos de administración o estaban cerca.
El gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy si ha destacado en algo ha sido precisamente por su empeño en mantener la misma política de Zapatero, algo que –dicho sea de paso- con lo que no contaban la mayoría de los españoles votantes o no del PP.
El caso es que lo que antes podía clasificarse como material de “rumología política” cada vez se va decantando como un simple anuncio de los pasos escritos y acordados –que no comunicados- desde Europa.
Todo parece indicar que el futuro de España ya está decidido desde hace meses por quienes mandan fuera de nuestras fronteras y simplemente se trata de seguir, lenta pero de forma constante, la hoja de ruta escrita en una de sus reuniones “a puerta cerrada”, en la que para nada se tienen en cuenta los intereses de España.
Ya hace tiempo que se viene deslizando la posibilidad de intervenir de forma total España, de lo que tenían que convencer a los políticos nacionales, y lo vienen haciendo con la presión económica del Banco Central Europeo.
Lo cierto es que en los mentideros políticos cada vez se habla más de dos acciones inevitables: la intervención total del Estado español por parte de Europa, y del control del pueblo, representado ampliamente por la derecha liberal y la izquierda carroñera. Es por ello que ya esté hablado y acordado un gobierno en el que no pierda nadie, y en el que las dos tendencias mayoritarias estén representadas.
A  partir de aquí, se podrá dar el paso definitivo que no es otro que la conversión de España en el país de servicios que Europa siempre quiso.
Puede que ésta decisión la tomaran incluso antes de que se fuera Zapatero y que la llegada de Rajoy presentase para ellos la incógnita de esperar unos meses para conocer si su pulsión al servilismo con Europa sería mayor que la de José María Aznar.
No en vano, cuando José María Aznar gobernó, tuvo al menos el coraje de enfrentarse a más de un líder europeo, mientras iba ganando peso como la principal referencia europea de la administración Bush.
Por eso los poderes fácticos europeos no van a dejar que España pueda recuperarse por sí misma y, para ello, necesitan a un “hombre de paja” que siga al dictado las órdenes de Bruselas. Lo probaron con Zapatero, pero se les fue la mano por su incompetencia legendaria y ahora lo intentan con Rajoy.
Tanto las ganas de sillón que tenía Rajoy tras perder las dos últimas elecciones, así como su convencimiento de que los pasados comicios generales serían su última última oportunidad, están pesando como una losa de granito para que el de Pontevedra acepte sin rechistar las consignas de Europa. Eso o “perder el sillón” antes de culminar sus cuatro años de mandato.
Dicho y hecho. Rajoy gana las elecciones y los “mercados” comienzan a exigir subidas de la prima de riesgo, como mecanismo para presionar a España y su presidente. “O sigues las pautas que te marcamos o te cerramos el chiringuito…”. Y Mariano termina imponiendo a los españoles las medidas que va dictando Bruselas. Pero nunca es suficiente. Bruselas quiere más y la prima sigue subiendo.
Pero, ¿qué es lo que quieren? Lo que han querido toda la vida. Que España sea el parque temático de Europa, el lugar de descanso, el complejo turístico de los europeos. Ellos ya se encargarán de la industria y la tecnología y nosotros a lo nuestro, la “juerga el vinito y la fiesta”.
Con sus infinitos errores, Aznar tuvo la virtud de no amilanarse ante sus colegas europeos. Quiso que España fuese una potencia tecnológica e industrial. Resultado: el 11-M y la llegada de Zapatero, cuya inutilidad crónica hizo también inevitable su sustitución por alguien con más decoro intelectual y moral, más presentable internacionalmente.
Resuelto el fiasco con ZP, las cosas están como quieren los que mandan. Políticos como Rajoy o Rubalcaba son disciplinados, guardan las formas y obedecen sin rechistar a cambio de que se les deje controlar sus predios hispanos.
El siguiente paso será que España se deshaga de toda infraestructura que pudiera suponer un peligroso resurgir de su potencial económico y reducirla al sector servicios. Es decir, buenos y diligentes camareros.
Para ello, sólo queda terminar controlando la política general con la intervención y situar a Mariano y Alfredo, Alfredo y Mariano, las dos cuentas pendientes del collar español, para que la rendición de España sea digerida y aceptada por la masa.
La cuenta atrás ya ha empezado y lo veremos a partir de septiembre.

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