Jaume Torramadé (i) es también dirigente del partido de Duran i Lleida (d).
El pleno del Ayuntamiento de Salt (Gerona) ha aprobado la modificación del plan general de ordenación urbana de centros de culto, lo que permitirá la instalación de mezquitas en los bajos de los edificios.
La propuesta ha salido adelante con 12 votos favor: los de los nueve concejales del equipo de gobierno de CiU, los de los dos concejales del grupo mixto y el del concejal del PP; mientras que los seis concejales de PSC y la de PxC votaron en contra, y los dos de Independientes por Salt (IpS) se abstuvieron. Hay que subrayar que los dos concejales del grupo mixto que votaron a favor de las mezquitas son los tránsfugas de PxC, Joana Martínez y Carles Benet. La primera fue expulsada del partido liderado por Anglada al descubrirse su relación sentimental con un camerunés con antecedentes por malos tratos. El segundo, que convive con un dominicano de color, abandonó el partido plataformista en solidaridad con su compañera, quien participa frecuentemente en los foros de AD.
Con esta aprobación se adapta la normativa a la Ley de centros de culto y se cambia lo que había ideado el anterior equipo de gobierno formado por PSC y ERC, que estipuló que la mejor zona para construir centros de culto en Salt era el polígono industrial de Torre Mirona porqué así se conseguía alejarlos del centro de la población.
CiU, en cambio, cree que la zona industrial tiene que estar reservada únicamente a empresas e industrias, especialmente en tiempos de crisis económica.
El alcalde de Salt, Jaume Torramadé, ha explicado que la intención de su equipo era “regular y ordenar” la apertura de los centros de culto, que tendrán que ocupar espacios de menos de 120 metros cuadrados y con un aforo máximo de 60 personas.
Esta modificación no afectará ni a la mezquita ni a la iglesia evangélica previstas en el polígono porque ambas congregaciones iniciaron los trámites antes de la moratoria y ya tienen derechos adquiridos.
Aún así, si éstas no deciden tirar adelante los proyectos o algún día dejan los locales, solamente podrán instalarse en ellos empresas e industrias.
La ex alcaldesa de Salt y líder de la oposición, Iolanda Pineda (PSC), ha criticado duramente la medida, asegurando que la iniciativa sería buena en una “sociedad madura”, pero que en Salt comportará muchos problemas y tensiones entre los vecinos.
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