BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

viernes, 25 de mayo de 2012

NATALIDAD, DIGNIDAD E IDENTIDAD



Durante los últimos años se ha inculcado al pueblo español una idea sobre la inmigración basada en la creencia de que es "necesaria", por ejemplo a través del "se necesitan trabajadores" o del "se necesita rejuvenecer a la población". Si bien eran ciertas, estas premisas han servido para que el pueblo no se oponga al fenómeno migratorio. Sin embargo, esto desemboca esencialmente en tres problemas en lo que concierne a natalidad, dignidad e identidad.
Antes de nada, aviso a navegantes, la concepción que tengo sobre este tema no está basada en discriminación de ningún tipo, ni en prejuicios. No tengo nada contra nadie por ser lo que es, únicamente me preocupa la situación de nuestro pueblo. El problema viene cuando hay gente incapaz de comprender, por miedo o por ignorancia, que el mundo no es una fiesta de felicidad (generalmente porque el propio mundo lo hace así), y que las cosas no son tan simples como desear el bienestar de todos (del dicho al hecho hay un buen trecho).

NATALIDAD.
La natalidad determina el futuro de un pueblo. Lógicamente, si un pueblo no tiene hijos, está condenado a desaparecer. No comparto la idea, evidentemente, de no tener hijos porque sería la muerte de mi pueblo, pero tampoco estoy muy de acuerdo con tener más hijos de lo que España (como territorio) puede soportar, teniendo en cuenta los problemas que pronto comenzarán a florecer a causa del exceso de lujos que el mundo se ha permitido.
España ha visto especialmente reducida su tasa de natalidad desde 1990. En cuanto a inmigración, a la entrada del siglo XXI sería el segundo estado receptor de inmigrantes, sólo por detrás de EEUU; hoy día es el décimo con más inmigrantes. Tiene la siguiente tasa de natalidad: 10 u 11 hijos por cada 1000 habitantes. Según el gobierno estatal España tiene actualmente alrededor de 5.700.000 de inmigrantes, aunque cabe destacar que ésta cifra de inmigrantes se basa engañosamente en los nacidos fuera de las fronteras nacionales, por lo que muchos de aquellos hijos de inmigrantes que han nacido están considerados "españoles" y no "inmigrantes", a juzgar según la vigente Ley de Extranjería.
La natalidad española (de sangre), está a la baja. Para "compensarla", se aprovecha y se fomenta el aumento de la natalidad no-española, especialmente dada en la inmigración hispanoamericana-amerindia y magrebí. Por lo que si no cambian las cosas, la población española acabará sustituyéndose por la inmigrante. O acabará surgiendo una mezcla de ellas. En cualquier caso la sangre española se perdería.
Ante esta situación lo más eficaz sería señalar directamente el problema y atacarlo de raíz, la baja natalidad española, y no imponer a la población falsas soluciones como la importación de inmigrantes para que tengan aquí sus hijos. El problema radica en que se pone un simple parche, y en consecuencia la población española se reducirá igualmente, por lo que no es ninguna solución.
Pero nos encontramos, además, con que el estado no sólo ignora este problema sino que lo alimenta: se fomenta el aborto, el homosexualismo, el mestizaje, se ponen trabas a la hora de formar una familia, a la maternidad, se fomenta el hedonismo con el correspondiente riesgo en una familia estable (aumento del divorcio), etc. ¿Por qué?
Inmigración en España
DIGNIDAD.
"Hacen falta trabajadores", nos decían. Era cierto, y los trajeron. Se fomentó y se presionó la inmigración. Entraron en España miles de familias no-europeas para echar aquí sus raíces. Los estados, únicamente, se repartieron la tarea para favorecer por igual a la misma causa mundialista: uno presionaba a sus ciudadanos a buscar otro destino, y otro los persuadía de venir a su país. Por ejemplo: Argentina no aplica soluciones eficaces a los problemas de su nación y en cierto modo "presiona" a sus ciudadanos a emigrar; España argumenta lazos históricos y similitudes culturales como el idioma y los "persuade" para que los emigrantes argentinos vayan a parar a España. Todo bajo el pretexto "España necesita trabajadores".
Pero bajo estas casualidades de la vida se esconde una tenebrosa ambición: los inmigrantes únicamente sirvieron como mano de obra barata para los empresarios. ¿Acaso podemos pensar que fueron tan solidarios que ofrecieron sus puestos a estos recién llegados sin pedir más que un salario? Llamadme de todo pero pienso que no. Como todo inmigrante (o como ha sido así a lo largo de la historia), el que ha abandonado su hogar ha sido por necesidad. Y necesitados los inmigrantes, se aferraban a cualquier clavo ardiendo, en este caso esos "idílicos" puestos de trabajo. ¿Pero a qué precio? ¿A qué condiciones? Juzgad vosotros mismos pero el resultado es claro: a causa de la inmigración, el empresario aumentó sus beneficios al contratar esa mano de obra barata, y como consecuencia los españoles se mantuvieron en unos salarios mientras los precios aumentaban, como sigue ocurriendo hoy día.
Desde esta perspectiva, los inmigrantes son sólo víctimas del sistema, del cómo funcionan las cosas en este mundo, controlado en la sombra por gobiernos títeres y corruptos de la mano de toda una oligarquía internacional, una élite financiera de causa mundialista.

IDENTIDAD.
Pero el problema de la inmigración va más allá. La inmigración masiva supone un peligro en la identidad de los pueblos. Me gusta la diversidad racial, étnica y cultural, por eso estoy en contra del mestizaje generalizado, porque deriva en mezclas-híbridas que lo único que hace es anular la riqueza de cada cultura (y ojo, no estoy criticando que se den casos en los que se dé esa mezcla racial, pero si se expande y es generalizada representará un riesgo). En España tenemos una homogeneidad racial-étnica, pero una excelente variedad cultural, esa es nuestra realidad nacional. En cambio, si traemos a un número descontrolado de personas venidas de más allá de los mares, evidentemente éstos traerán consigo sus tan respetables costumbres. Sin embargo es una irresponsabilidad, porque lo único que puede comportar esto son conflictos sociales y pérdida de la identidad.
Conflictos sociales: es una cuestión de respeto adaptarse a las costumbres del lugar al que vamos, luego en su casa cada cual hará lo que desee. Pero no olvidemos nuestra naturaleza, y es que la introducción de ciertos animales en según qué lugares puede convertirse en un serio peligro. Por razones no muy dispares ocurre lo mismo en nuestra especie. Además, con la probabilidad de formarse tribus urbanas, puede aumentar la delincuencia, como sucede habitualmente hoy día.
Pérdida de la identidad: simplemente imaginémonos que sustituímos a los españoles por los italianos y a los italianos por los españoles. ¿Seguirían las cosas exactamente iguales? Pues este ejemplo es solamente dado con una nación hermana culturalmente muy cercana a nosotros, imaginemos las consecuencias en caso de sustituir esa población por una más extraña. A quien le guste viajar, conocer mundo, lo que más debe interesarle es preservar la diversidad en todo el mundo. A menudo te llamarán "racista", pero tranquilo, esos en general se autodenominarán "antirracistas":ANTIRRACISTA ES UNA PALABRA EN CLAVE PARA ANTIBLANCO.
CONCLUSIÓN.
—El Estado ha de garantizar la supervivencia de nuestro pueblo: controlando a conciencia el aborto; impartir una educación sexual adecuada (hace tiempo que tengo a medias una entrada sobre el tema); defender la familia como el pilar de la sociedad; defender la igualdad de la mujer, así comocuidar su maternidad; luchar por la justicia social, apoyando la lógica reivindicación de un hogar para cada familia acabando con la usura, la especulación y la esclavitud moderna; ofrecer servicios adecuados de atención a los niñoscon el fin de que formar una familia sea el mayor proyecto a que se deben enfrentar un hombre y una mujer, tanto en lo natural-biológico (reproducción) como en lo espiritual (amor);combatir el homosexualismo a la vez que respetar y comprender adecuadamente la homosexualidad (no compete al estado decidir sobre la tendencia sexual de una persona pero sí rechazar aquellas ideas o pretensiones que fomenten una orientación opuesta a la natural); fomentar, educar, hacer comprender y hacer respetar la diversidad racial y cultural del mundo, rechazando la engañosa aspiración igualitarista (que no igualdad) que somete a todos bajo unas mismas interpretaciones (sería inútil e irresponsable no diferenciar entre ballenas y gatos, ¿metemos a ambos en el agua o los sacamos a tierra?); controlar la inmigración para que aquellos que vengan puedan subsistir feliz y dignamente sin que suponga riesgo alguno contra nuestras costumbres, es mejor mantener bien a pocos que no mal a muchos.

Extraído del blog (1492) Battle-Serk.

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