Imagen de archivo de Lampedusa en un intento de fuga este mes de abril. | El Centro de Identificación y Expulsión (CIE) de inmigrantes de la pequeña isla italiana de Lampedusa fue destruido este martes por un incendio durante las protestas de un grupo de indocumentados tunecinos contra las repatriaciones directas a su país de las que son objeto.
El incendio en el CIE, que ya sufrió un episodio similar en febrero de 2009, se registró en la tarde y supuso la "devastación" del centro, además de causar varios intoxicados por el humo entre inmigrantes y agentes de las fuerzas de seguridad.
Las llamas propiciaron además, según los medios de comunicación italianos, una estampida de los alrededor de 1.200 indocumentados que se alojaban en el centro, de los que unos 800 consiguieron escapar y el resto fueron localizados por la Policía en torno al muelle de Favaloro.
Según una delegación italiana que este martes estaba en Ginebra, delante del Comité de los Derechos de Infancia, en Lampedusa hay también 127 menores de edad.
"El centro está íntegramente devastado y todo quemado. No existe ya y no puede acoger a ningún inmigrante. Lampedusa ya no tiene sitio. Es el momento de que el Gobierno intervenga tras tanto inmovilismo. Todos habían advertido de lo que podía suceder y finalmente ha ocurrido", comentó el alcalde de la isla, Bernardino de Rubeis, en declaraciones que recogen los medios italianos.
"Lo que ha ocurrido es trágico y vergonzoso. Lampedusa los ha acogido (a los inmigrantes) y ellos han cometido un daño gravísimo al territorio. El humo ha llegado a los lugares habitados, la gente está mal. Este es un escenario de guerra. Hay una población que no lo soporta más, quiere salir a la calle con porras porque quiere defenderse por sí misma", agregó.
La práctica totalidad de los inmigrantes que albergaba el CIE de Lampedusa procedían de Túnez y exigían ser trasladados a otros lugares de Italia, como, los indocumentados provenientes de Libia, en calidad estos últimos de refugiados.
En los próximos días 100 tunecinos serán trasladados con vuelos militares a otros Centros de Inmigrantes italianos y luego repatriados a Túnez.
Y mientras, la Unión Europea pedía a Italia que abandonara la idea de repartir a los magrebíes por el continente, el Gobierno italiano, no sabiendo ya cómo afrontar la situación, quiso instalar gigantescos pueblos de tiendas en Sicilia. Pero eso no fue todo.El primer ministro Silvio Berlusconi, el pasado 28 de junio, compró una villa en Lampedusa, prometiendo vaciar la isla y ayudar a una economía destrozada.
"Basta ya, estamos cansados - ha dicho este martes el alcalde de Lampedusa - Ahora le toca al gobierno: que traiga la policía, que traiga naves militares. Queremos que la isla esté vacía en 24 horas".
El incendio en el CIE, que ya sufrió un episodio similar en febrero de 2009, se registró en la tarde y supuso la "devastación" del centro, además de causar varios intoxicados por el humo entre inmigrantes y agentes de las fuerzas de seguridad.
Las llamas propiciaron además, según los medios de comunicación italianos, una estampida de los alrededor de 1.200 indocumentados que se alojaban en el centro, de los que unos 800 consiguieron escapar y el resto fueron localizados por la Policía en torno al muelle de Favaloro.
Según una delegación italiana que este martes estaba en Ginebra, delante del Comité de los Derechos de Infancia, en Lampedusa hay también 127 menores de edad.
Después de una protesta
Según las primeras hipótesis, el fuego, declarado en varios puntos a la vez, fue provocado por un grupo de inmigrantes tunecinos que desde hace días protestaba por su repatriación directa a Túnez en virtud del acuerdo bilateral firmado con Italia el pasado 5 de abril."El centro está íntegramente devastado y todo quemado. No existe ya y no puede acoger a ningún inmigrante. Lampedusa ya no tiene sitio. Es el momento de que el Gobierno intervenga tras tanto inmovilismo. Todos habían advertido de lo que podía suceder y finalmente ha ocurrido", comentó el alcalde de la isla, Bernardino de Rubeis, en declaraciones que recogen los medios italianos.
"Lo que ha ocurrido es trágico y vergonzoso. Lampedusa los ha acogido (a los inmigrantes) y ellos han cometido un daño gravísimo al territorio. El humo ha llegado a los lugares habitados, la gente está mal. Este es un escenario de guerra. Hay una población que no lo soporta más, quiere salir a la calle con porras porque quiere defenderse por sí misma", agregó.
La práctica totalidad de los inmigrantes que albergaba el CIE de Lampedusa procedían de Túnez y exigían ser trasladados a otros lugares de Italia, como, los indocumentados provenientes de Libia, en calidad estos últimos de refugiados.
La reacción
Según la prefectura de la provincia de Agrigento, que ha abierto una investigación sobre el incendio, los 900 inmigrantes tunecinos, que hasta hace poco eran los huéspedes en el Centro de acogida de Lampedusa, pasarán la noche fuera. Un grupo de 300 personas se colocarán en el estadio, otro en un ala del Centro que no fue destruida y los 300 restantes en el muelle Favaloro, el principal de la isla.En los próximos días 100 tunecinos serán trasladados con vuelos militares a otros Centros de Inmigrantes italianos y luego repatriados a Túnez.
Los precedentes
"Lampedusa no puede hacer frente a esta situación sola. Necesitamos ayuda". Esta frase la repetía este verano el alcalde Bernardino de Rubeis, tras la extrema gravedad en que se encontraba la isla, con decenas de miles de inmigrantes. Lampedusa estaba fuera control. Los indocumentados vivían dentro y fuera del Centro, sin agua y sin comida. La arteria principal y las callejuelas del centro estaban permanentemente atestadas de tunecinos que se golpeaban en los bares, en los supermercados y, sobre todo, en las tiendas donde se podía recargar el saldo de los teléfonos móviles. Los autóctonos no salían ya a la calle.Y mientras, la Unión Europea pedía a Italia que abandonara la idea de repartir a los magrebíes por el continente, el Gobierno italiano, no sabiendo ya cómo afrontar la situación, quiso instalar gigantescos pueblos de tiendas en Sicilia. Pero eso no fue todo.El primer ministro Silvio Berlusconi, el pasado 28 de junio, compró una villa en Lampedusa, prometiendo vaciar la isla y ayudar a una economía destrozada.
"Basta ya, estamos cansados - ha dicho este martes el alcalde de Lampedusa - Ahora le toca al gobierno: que traiga la policía, que traiga naves militares. Queremos que la isla esté vacía en 24 horas".
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