BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

sábado, 24 de septiembre de 2011

PARO Y EDUCACIÓN: EL MAYOR FRACASO SOCIAL

   Esta sociedad permanece impasible ante la grave crisis económica que afecta a España y las consecuencias de la misma, entre otras y la más importante: los casi cinco millones de pardos, con particular incidencia entre las mujeres, los mayores de cincuenta años y los jóvenes.

   ¿ Cómo es posible que un país permita que se vaya al garete toda una generación, muchos de cuyos miembros no saben aún lo que es trabajar ni han contraído responsabilidad alguna y la mayoría vive a salto de mata o principalmente de la ayudad que reciben de sus padres ? Quizá porque no tengamos la solución. Tal vez porque no haya otra posibilidad. Pero, también es posible que se deba al escaso empeño que ponen las empresas en contratar a jóvenes preparados en los que se ha invertido mucho dinero para ahora dejarlos en la cuneta. Sea la respuesta una u otra, lo cierto es que la realidad diaria nos muestra la cara de nuestro mayor fracaso social cuando nos enseña con crudeza de los números del empleo juvenil. Una sociedad así, que parece indiferente ante problema de semejante tamaño, está condenada al fracaso. Sin embargo, la solución a medio y largo plazo está en la formación y la educación de los que en el futuro serán el motor de este país.

   En realidad, la educación en España solo despertó verdaderamente el interés de los políticos durante la República, también cuando Villar Palasí aplicó su famosa ley ya en las postrimerías del franquismo; y, aunque haya sido un fracaso, la no menos conocida LOGSE, cuyas nefastas consecuencias seguimos sufriendo por mor de las leyes sucesivas que se han ido aprobando tanto a nivel nacional como autonómico. ¿Hasta cuándo va a durar este despropósito de hacer cada cual su ley y no procurar una ley única y duradera que asegure un buen sistema educativo durante muchos años?

   La educación en España no está bien, pero no mucho peor que en otros países si tenemos en cuenta lo que se invierte aquí -y cómo se invierte- y el dinero que se emplea en otras naciones en temas educativos. El informe PISA está falseado por cuanto compara resultados sin tener en cuenta las características de los países analizados. Y en esto, también España es diferente, tanto en las partidas presupuestarias que se dedica a educación como en la gestión de las mismas. Ahora que queremos emular a otros países europeos en tantas cosas, no estaría de más que nos fijáramos en ellos para aprender: ahí están los países nórdicos y otros como Suiza para comprobar por qué ellos están ahí y nosotros lamentando nuestro fracaso permanente. Empecemos por resolver este problema y entonces habrá llegado el momento de exigir buenos resultados.

   Así las cosas, lo que esta sociedad no parece darse cuenta es de la importancia fundamental de un buen sistema educativo para evitar _ o al menos aliviar bastante- otra crisis como la actual. Pero no, aquí preferimos las soluciones rápidas creando expectativas que con el tiempo resultan ser humo, cual ha sido el caso de la construcción descontrolada, propiciada por aquella nefasta ley que puso a disposición de los especuladores ingentes cantidades de suelo. Fue una ilusión colectiva, falsa y generosamente alimentada desde las instituciones financieras ( léase bancos y cajas ), que a todos sumió en el sueño eterno de un mundo sin futuro que cuando se ha desmoronado nos ha devuelto a la más cruda realidad de lo que nunca hemos dejado de ser: un país en vías de desarrollo que nunca acaba de conseguirlo. Por eso, mientras otros países ya están saliendo de la crisis, aquí los observadores más optimistas auguran otros cinco años más para que empecemos a ver la luz al final de este negro túnel que tiene a España sumida en la tristeza más pobre.

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