NOSOTROS TAMBIÉN, ¡ TODOS A LA CALLE !

A petición de la audiencia, pese a que desde hace una semana estoy viviendo emocionalmente los momentos más duros de mi vida, hago de tripas corazón y os dejo mis reflexiones sobre lo que está aconteciendo desde el día 15 de Mayo en la Puerta del Sol de Madrid y, por contagio, en otras ciudades de España. Insisto en que es una reflexión muy personal y acelerada, con la que no tiene por qué estar de acuerdo otros miembros del Bitibajk que últimamente no intervienen tanto en el blog, y puede que algunas ideas o razonamientos deberían ser matizados o profundizados.

Unos posts atrás comentaba que no me fiaba de estos movimientos transversales que han surgido de forma pretendidamente espontánea en los últimos meses, que quieren aparentar una equidistancia tanto de la derecha como de la izquierda políticas, pero que, en realidad, responden a una estrategia política parece que orquestada desde el entorno del Partido Comunista y desde otras agrupaciones de extrema izquierda. Basta con entrar en las webs de No les votes o de Juventud sin Futuro (no tanto en la de Democracia Real ya) para comprobarlo, o basta revisar qué personajes y asociaciones se acercaron a la manifestación del pasado 7 de Abril en Madrid, así como a la del día 15 de Mayo (¿qué pintan Cayo Lara y algunos sindicalistas acudiendo a unas manifas que denuncian una situación de la que son responsables y un sistema del que ellos son beneficiarios?).

Pero una cosa es identificar y señalar al criptoimpulsor de estas movilizaciones, e intentar averiguar sus auténticos propósitos a corto y medio plazo (reflotar un barco que zozobra política y socialmente desde hace años), y otra cosa muy diferente es no ser capaz de reconocer que la estrategia es cojonuda y que su motivación es justa. Muy justa.

Es cierto que en esas concentraciones hay perroflautas y zarrapastrosos de todo tamaño y color, ¿y qué?. ¿Acaso las manifestaciones contra el aborto de los últimos años, o las que se han celebrado en favor de las víctimas del terrorismo no estaban plagadas de fachas casposos y peperos engominados?. ¿Por qué a esas manifas -a priori más sectáreas- sí han acudido grupos patriotas y no van a poder hacerlo a unas movilizaciones que quieren ser más abiertas y cuyas reivindicaciones son, al menos, igual de justas?. ¿Es que acaso alguien se siente más cerca de éstos que de aquéllos?. Si es así, que se lo haga mirar con urgencia. Personalmente me considero igual de distante de la izquierda neomarxista que de la derecha neocon, pero hay valores o conceptos en ambos espectros ideológicos -considerados ampliamente- con los que me puedo identificar y por eso me considero moralmente preparado para acudir a ambos tipos de manifestaciones. Bueno, de hecho hoy por hoy me considero incluso más cercano a las concetraciones de la Puerta del Sol que a las que se celebran en la Plaza de Colón. ¿Es que a estas alturas no sabemos en qué consiste el auténtico fascismo?. Recordemos la procedencia de buena parte de los fascistas históricos, recordemos las huelgas en Berlín en los años 20/30. No es nada nuevo.

Ante esto creo que ningún revolucionario que se diga tal puede quedarse de brazos cruzados. No sabemos cómo concluirán estas concentraciones. Cuando escribo estas líneas la Junta Electoral Central ha prohibido la concentración en la Puerta del Sol. Quizá se disuelva en las próximas horas a base de mamporros de los nuevos mamelucos, quizá se reactiven tras las elecciones del día 22, quizá resistan a las presiones. Pero, como fuere, en mi opinión, creo que deberíamos unirnos a las protestas, tanto colectiva como individualmente, y hacerlo con el espíritu que teóricamente las inspira; hay suficientes razones y puntos en común como para hacerlo de forma apartidista, sin "símbolos excluyentes", sin banderas, sin lemas polémicos y desubicados, en actitud pacífica (aunque no pacifista), y lograr que éstas acciones sean verdaderamente transversales. Acudir con el espíritu que teóricamente las inspira e impedir que una protesta popular plural sea catalizada para el beneficio de unos pocos costrosos. Si llegara el caso, ya habría tiempo de izar nuestras negras banderas.

Ya están los liberales y conservadores temblando en sus teletertulias porque estas manifestaciones populares sean fagocitadas por la izquierda sociata y esto pueda hacer peligrar el anunciado paseo triunfal electoral del PP. ¡Uy, qué miedo!. Llevan cuatro años quejándose a diario de que la gente no actúa, de que los españoles no nos echamos a la calle, de que la democracia española es de baja calidad y de que los políticos se han convertido en una casta oligárquica y corrupta, y cuando lo hacemos y exigimos un cambio, nos critican porque puede que esto impida que algún concejal amigo toque pelo este Domingo. En nuestras manos -en las de todos- está que esta fagocitación (que ya está en marcha) no se produzca.

Pongámonos en un remotísimo supuesto de que, incluso a pesar de nuestra presencia y la de otras gentes "no izquierdistas" en estas concentraciones (que me consta que hoy ya es cuantiosa), el movimiento saliera adelante con éxito pero copado por la extrema siniestra. ¿Acaso sería esa una España mucho peor que la que nos ha dejado el liberal-capitalismo de los últimos 50 años?. Lo dudo.

Parafraseando a Calvo Sotelo, antes una España "roja", que una España muda.

Y ahora, opinen ustedes.

Mozárabivs

   Nota de Plataforma Marbella Resiste: Texto un tanto polémico en su contenido expuesto en la página"Bitácora BITIBAjK". Está claro que vivimos un momento histórico que da pie a numerosos análisis y reflexiones. De algunos de ellos estaremos a favor y de otros en contra pero lo importante es que surja el debate y que el pueblo español de mano de la juventud despierte de su letargo. Desde Marbella Reisste pensamos que debemos estar presentes en estos importantísimos acontecimientos para que la izquierda no saque ventaja de ellos y seamos nosotros con nuestra presencia y a través de nuestro discurso los que hagamos ver al pueblo la verdad del sistema capitalista y lo catastrófico que sería caer en las garras del extremismo izquierdista.