TdE/La proliferación de bazares chinos está alarmando al comercio tradicional, pues en la mayoría de los casos incumplen la normativa comercial, empezando por los horarios, compitiendo de esta forma deslealmente. Las quejas por las que muchos comerciantes califican como ilegales estos negocios no son nuevas, pero sí que se han acrecentado con la crisis que ha provocado el cierre de muchos comercios tradicionales.
Desde la Federación provincial de Comercio se han ido presentado denuncias a Consumo relacionadas sobre todo con la apertura del comercio asiático durante los domingos y festivos, persiguiendo que se impidiese que establecimientos con una superficie superior a los 300 metros cuadrados abriesen en dichos días. Las denuncias provocaron el aumento del número de inspecciones, detectándose otra serie de infracciones graves: como la presencia de productos no homologados, la ubicación de productos de limpieza junto a alimentos o irregularidades en materia laboral, al encontrarse menores a determinadas horas del día atendiendo al público o un buen número de trabajadores no dados de alta, además de incumplimientos en normativa de seguridad laboral. Esta es la forma que ellos tienen de ser competitivos y ofrecer precios más baratos, lo que exige la necesidad de un mayor control de este tipo de establecimientos.
Los comerciantes afirman que cada vez un mayor número de consumidores se está dando cuenta de que los productos que se ofertan carecen de calidad y añaden que se ha llegado a un punto en que los bazares chinos se están haciendo competencia entre ellos mismos. En los últimos meses hemos visto como en la ciudad de Jerez de la Frontera cerraba el de Lancería, otro en Medina y un tercero en calle Sevilla. Además de ser negocios que no reinvierten ni gastan en la ciudad.
Hace alrededor de cuatro meses un grupo de comerciantes se dirigió al Ayuntamiento para pedir un mayor seguimiento a los horarios de los bazares chinos. Según asegura uno de estos pequeños empresarios, les dijeron que iban a tomar cartas en el asunto, y tras aquella reunión y durante las primeras semanas observaron que muchos de ellos dejaron de abrir los domingos. Pero al poco tiempo de nuevo tenían las puertas abiertas hasta altas horas de la noche y los domingos y festivos.
La competencia desleal de los comercios chinos ha provocado en los últimos cuatro años el cierre de más de 40 tiendas de “Todo a cien” de familias jerezanas, tiendas que estaban en las barriadas.
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