BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

viernes, 26 de agosto de 2011

El honor de la mujer NS

"No hay mayor nobleza para la mujer que ser la madre de los hijos y las hijas de un pueblo. Toda esta juventud que vemos tan hermosa hoy, rostros alegres, ojos brillantes... Hoy, ¿dónde estarian si, sin cesar, no se hubiesen encontrado mujeres que les diesen vida?"
Adolf Hitler - discurso del Führer en el congreso de las mujeres, Parteitag, 1935 

Margarete Schaper-Haeckel decía en uno de los cuadernos de formación de la SS que el eje de la moral y de la vida de un Nacional Socialista, sea hombre o mujer, es el sentido y la conciencia del Honor que es la ley que rige su existencia, la escala de valores que le permite jusgarse y también la piedra de toque de su confirmación, de su mérito y de su valor para la comunidad.
El Honor es el bien más grande de calquier Nacional Socialista, porque le confiere autoridad  como persona.
El uso lingüistico de un Nacional Socialista suprime la etiqute ade "masculino" y"femenino" en las manifestaciones vitales del pensamiento. Así pues, es nuestro deber actuar con seriedad y terminar con el concepto que considera la bravura, la disciplina, la selección y el honor como virtuades "masculinas".
En estos tiempos en que la "liberación" de la mujer es un hecho patente, una liberación aparentemente de la sumisión de la mujer al hombre en todos los ámbitos de la vida, la mujer ha perdido el norte, el rumbo de su vida y ha sido totalmente engañada por el capitalismo judaico o por las teorías marxistas de la mujer obrera. La mujer trabaja, opina, sale de casa, tiene un mayor poder adquisitivo, ocupa puestos de responsabilidad y es necesaria en todos los ámbitos de la vida como piedra fundamental, la publicidad ha cambiado su punto de mira en muchos productos es la mujer muchas veces quién decide en la familia, la economia.. pero esto que se considera un gran logro esta matando los pueblos de Europa.
La mujer para conseguir todo esto, ha renunciado a u esencia más absoluta, a lo que le hacía luchar, la maternidad. Algunas incluso propugnan la virginidad cristiana como valor fundamental de libertad sexual.
No por esto la mujer ha de quedarse en casa al cuidado exclusivo de sus hijos, ha de  luchar por su pan, más hoy en que cobardes hombres se despreocupan de atender las necesidades primarias de sus hijos que abandonan. Pero estas madres deben sentirse orgullosas de ser las guerreras que cuidan la herencia de un pueblo, y por el cual luchan frente a estados, y gobiernos que sólo ayudan a quienes no son su sangre, a extraños que ocupan el sitio de las mujeres  que no dan su vida por el pueblo al que pertenecen sino por su ombligo y por un bienestar individual y egoísta, por poseer más riqueza, principio básico del judaísmo, conocedor a demás de la capacidad de culturizar y educar, de transmitir  principios fundamentales  de vida a sus hijos.
 
 

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