TdE/ La patronal y los partidarios del neoliberalismo han venido argumentando que el elevado desempleo existente viene provocado por la rigidez del mercado laboral y el excesivo poder de los sindicatos en la negociación colectiva. Cuando el análisis de la evidencia empírica nos muestra que, del conjunto de los países de la OCDE, Alemania ha resultado ser el Estado en el más ha descendido el desempleo, a pesar del fuerte descenso del Producto Interior Bruto que ha experimentado. Siendo posible, en parte, a la elevada regulación del mercado de trabajo y a la participación de los trabajadores y sindicatos en la gestión de las empresas. Lo que ha permitido a las empresas responder a la disminución de la demanda de bienes y servicios reduciendo la jornada laboral de cada trabajador, evitando así reducir el número de trabajadores. El 40% de las empresas en Alemania disminuyeron las horas de trabajo como respuesta a la actual crisis económica.
Por otro lado, nos encontramos los casos de Irlanda, Estados Unidos y España, que son los Estados con un mayor crecimiento del desempleo. Que, casualidad o no, son los países en los que resulta más fácil a los empresarios despedir a sus trabajadores, por tener unos mercados de trabajo más desregulados y unos sindicatos de trabajadores más débiles. Y creer que un trabajador despedido va a poder encontrar trabajo constituye un craso error, pues la característica de toda recesión económica es la destrucción de puestos de trabajo, no la existencia de una abundante oferta de trabajo.
En el caso español, el elevado desempleo está explicado también por:
1. La insuficiente creación de empleo provocada por el escaso desarrollo del sector público. Si frecuentemente, partidarios del neoliberalismo atribuyen a un sector público sobredimensionado el débil crecimiento económico experimentado, la observación de los datos empíricos vuelve a contradecirlos. Y así nos encontramos con que en España el porcentaje de la población que trabaja en los servicios públicos ligados a un Estado del bienestar representa únicamente el 9%; cuando el promedio de la UE-15 se sitúa en el 15%. Concretamente si tuviésemos el mismo porcentaje de la población adulta que Suecia trabajando en el estado del bienestar español, se crearían 5 millones más de puestos de trabajo, alcanzando el pleno empleo. Lo que requeriría una reforma fiscal progresiva que acabase con el sistema fiscal profundamente regresivo que sufrimos los españoles, que está provocando un débil esfuerzo fiscal en las rentas altas. Siendo la causa del déficit público estructural en el que incurre España, y nunca el gasto público, estando detrás de todos los recortes sociales que estamos sufriendo los trabajadores españoles.
2. La insuficiente demanda provocada el trasvase del poder adquisitivo de las rentas del trabajo a las rentas del capital. Fruto de que la productividad aumentase más que los salarios. Las rentas altas tienden a invertir en economía especulativa, no creando demanda, mientras que las familias han intentado mantener su capacidad adquisitiva endeudándose, traspasando así su poder de compra al capital financiero, agravando si cabe todavía más el problema.
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