Con esos datos en la mano, insistimos en pregunta: ¿ qué crisis ?
Evidentemente, el Gobierno "socialista" ha aumentado espectacularmente la carga fiscal indirecta para impedir el despegue de esa inmensa mayoría de pequeños y medianos empresarios y profesionales que suponen más de dos tercios del tejido económico de esta nación. Es evidente, que esta fiscalidad, la indirecta, es la más injusta, pues grava por igual al inmensamente pobre que al inmensamente rico. Todos pagamos IVA o impuestos especiales sobre carburante, electricidad, alcohol o energía, pero no para todos supone lo mismo pagar esa barbaridad de tributo sobre el valor añadido que se ha convertido en el impuesto revolucionario de la UE.
Resulta inquietante el desmedido interés de los "socialistas" por ahogar cualquier indicio de recuperación, pues no existe otra forma de explicar iniciativas fiscales tan estúpidas como las que castigan al consumo de la generalidad de la población española, mientras se incrementa la indulgencia sobre los beneficios del capital.
Un aumento de la recaudación por IVA del 262% no es un dato positivo para España, sino enormemente preocupante pues el brutal incremento recaudatorio no se ha visto reflejado en una mayor tranquilidad presupuestaria, ni en un aumento de políticas sociales o en la disminución de una deuda pública que, por el contrario, sigue aumentando con la voracidad de un incendio forestal en agosto.
Parece ser que hay algo que se nos escapa en todo esto. No es posible que tanto empeño por destruir el tejido económico nacional sea fruto de la casualidad o de la incompetencia. Castigar fiscalmente a quienes más producen y más empleo crean en España, que son los pequeños y medianos empresarios, no puede tener otro significado que una intención de "oligopolizar" más sectores de actividad económica. De que cada vez más actividades profesionales acaben bajo el yugo de una o pocas grandes corporaciones empresariales y que sectores productivos que, por su baja rentabilidad, no habían sido interesantes para estos trileros de las finanzas, se estén convirtiendo ahora y hoy, por su generalidad, en pociones especulativas interesantes.
Imaginad un momento en un futuro a corto plazo en el que ya no podáis llamar "tu" fontanero, el de toda la vida, ni al conocido que te hace las reformas o al antenista que es yerno de la vecina, porque todos los que hay en el mercado están integrados en unas pocas grandes empresas que monopolizan todas esas obras menores, esas pequeñas reformas que dan de comer a tantísima gente. Imaginad ese "mundo feliz" controlado por unos pocos porque es lo único que explicaría lo de la recaudación del IVA.
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