Jóvenes recién licenciados en busca de su primer empleo, trabajadores temporales con contratos precarios, becarios no remunerados, jóvenes sin contrato y desempleados participaron en una marcha que perseguía protestar por tener que pagar una crisis que no ha sido provocada por ellos.
Durante la marcha se pudo divisar una pancarta en la que podía leerse “desemprecarios”, una palabra inventada que define a una generación portuguesa que ya se extiende de los 7 a los 77 años. No sólo trabajadores están teniendo dificultades para llegar a fin de mes, sino que en idéntica situación se encuentran familias enteras.
Muchas han sido las reivindicaciones que se han hecho oír en las calles portuguesas. Los organizadores habían solicitado que cada persona trajese una hoja A4 con su protesta y una solución para el problema. Mostrando que el objetivo de este movimiento cívico no es derribar gobiernos, sino cambiar el rumbo del país en busca de un futuro más justo y social.
En el manifiesto leído, los jóvenes portugueses denunciaron la situación precaria en la que se encuentran y exigen un cambio de una situación que se ha hecho insostenible. Todo lo contrario, sería defraudar al presente, se insulta al pasado y a los sacrificios de nuestros padres y abuelos por un estado con más derechos y se hipoteca el futuro de un país que en estos momentos sufre una tasa de desempleo juvenil del 22% y un salario mínimo de 485 euros.
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