La subida del IPC de marzo, que mantiene la tónica de unos precios injustificadamente crecientes frente a economías familiares preocupantemente menguantes, vuelve a confirmar, en primer lugar, que las medidas económicas de Zapatero están castigando a los más débiles. Algo que todos sabemos y que no es nada nuevo pues es de estúpidos pensar que las directrices que está cumpliendo el PSOE tengan nada que ver con la intención de sacar al país de la crisis.
Sin embargo, y aunque no lo parezca, esto no sería especialmente preocupante si los españoles fuéramos conscientes de que el Gobierno está a las órdenes de esos bancos y especuladores que se han inventado esta crisis, que han convertido también es la coartada para un nuevo orden económico que nos aleja de Adam Smith para acercarnos a George Orwell.
Y esto si que es preocupante, porque mientras los españoles estamos perfectamente informados de los asuntos deportivos o de qué cantante de turno es pareja de qué futbolista de moda, somos perfectamente desinformados sobre cuestiones realmente relevantes que afectan al futuro de nuestra sociedad y de nuestra forma de vida. Poder económico, político y mediático -que son uno- han logrado aficionar de tal forma a la opinión pública española por lo irrelevante que, posiblemente, sólo si Cristiano Ronaldo o Messi tuvieran un "affaire" con Elena Salgado, muchos españoles se enterarían de que su cargo es el de vicepresidenta económica del Gobierno y hasta prestarían más atención a lo que esta mujer hace, o mejor deshace, en su labor diaria.
Pero el desinterés público no es lo único preocupante en relación con nuestro oscuro futuro, pues aquellos pocos que se han preocupado de enterarse acerca de que es lo que está encareciendo la vida de las familias españolas, han percibido que son los bienes y servicios esenciales los que más están subiendo de precio, aquellos que más pesan sobre las economías más débiles. Alimentos, transportes, energías,... están machacando a los españoles y el mismo secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, admite que es la política económica de Zapatero lo que está tirando de la inflación, inflando artificialmente los precios.
Subida de IVA, aumento de las tarifas de luz y gas, especulador incremento de los impuestos especiales y el artificial precio del petróleo empobrecen a los más pobres gracias a que el PSOE cada vez deja más margen a los especuladores para jugar con el futuro de la gente. Estos especuladores están utilizando los bienes y servicios básicos como hilos que obligan a los españoles a bailar como marionetas movidas por la necesidad. Y no se lleven a engaños, eso no va a cambiar con ningún otro partido sirva como ejemplo, el que, Mariano Rajoy ha garantizado a Angela Merkel que intensificará las actuales medidas que están contribuyendo a esa nueva España más injusta, inmoral y desigual. Si Orwell levantara la cabeza concluiría que, como profeta, se quedó corto.
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