BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

sábado, 16 de abril de 2011

UNA RECONVERSIÓN CASI ESPIRITUAL

   Si los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el empleo sirven para que sean interpretados desde el Gobierno y las instituciones económicas con tan poco sentido común, más nos valdría desmontar el carísimo Instituto e inventarnos los números sobre el empleo a gusto del gobernante. De esta forma, muy probablemente, nuestro mercado de trabajo daría saldo negativo, obligando a los trabajadores al pluriempleo para cubrir la ficticia demanda de trabajadores. Sería mentira pero los mundos felices siempre lo son.

   Con el nuevo desastre de los datos de marzo en la mano, que sitúa el paro en más de 4.333.000 personas, la estúpida interpretación, tanto desde el Gobierno central como desde la Junta, de que la cosa va a mejorar porque no se han destruido tantos puestos de trabajo como en el mismo mes del pasado año, es como aplaudir que el agua que entra en el casco del Titanic no está demasiado fría.

   Es evidente que el mercado laboral español está cada vez más próximo a alcanzar su "mínimo no exento", ese número necesario e inevitable de gente que ha de estar empleada si pretendemos que el país siga funcionando. De no ser así y teniendo en cuenta la impresionante ineptitud del Gobierno "socialista", no tardaríamos mucho en ver expedientes de regulación de empleo en el Congreso de los Diputados o en el mismo Consejo de Ministros.

   La situación del empleo no es sólo alarmante sino que es un problema que puede llegar a afectar a la estabilidad nacional, no sólo a la económica sino también a la paz social e incluso al orden público. Las necias interpretaciones de los incompetentes del Ministerio y la Consejería de Trabajo no son más que nuevas muestras de la irresponsabilidad que caracteriza a quienes no están capacitados para gobernar.

   De la misma forma, la esperanza de la CEOE, de que la temporada turística ayude a paliar la situación no sirve ni tan siquiera como solución momentánea pues el empleo creado por el sector turístico es terriblemente temporal y con un grado importante de irregularidad, dado que para muchos pequeños empresarios del sector, dar de alta a los trabajadores resulta económicamente inviable.

   Los empresarios, por supuesto, insisten en aplaudir las medidas "socialistas" en materia de reforma del mercado laboral a pesar de que los números nos demuestran, mes tras mes, que el basurizar más el trabajo no está contribuyendo a la creación de empleo.

   De nuevo y como tantas otras veces, tenemos que insistir en que crear empleo estable y de calidad exige una reconversión casi espiritual de todo el mercado laboral español que necesita, al menos, una década de transición. Entre tanto, la única solución inmediata pasa porque el Estado dé su brazo a torcer rebajando el precio que paga el empleador por emplear, reduciendo carga fiscal y cuota de la Seguridad Social, premiando con incentivos fiscales al empresario que contrate a trabajadores españoles y al trabajador contratado.

   Lo peor que se le puede hacer a un mercado de trabajo tan primitivo como el español es justamente lo que se está haciendo: castigar al creador de empleo, premiar con incentivos fiscales la contratación de inmigrantes y subvencionar el no trabajar.

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