Juan Antonio Llopart para TdE/Más allá de ciertas consideraciones, y de ciertos comentarios, este 20N electoral, nos ha demostrado claramente que nada cambia en España. La crisis económica está muy viva, y lo que es peor, la más que necesaria defunción del sistema tardará en producirse; las recetas que nos indican traerán a todos los españoles grandes recortes en cuestiones sociales y laborales. La crisis nos acompañará unos años más -según predicciones- y sus consecuencias están aún por determinar, pero los cinco millones de parados, el más de un millón de familias sin ingresos, los cientos de miles de personas que lindan la pobreza, los miles y miles de jóvenes en paro, y los miles de pensionistas con recursos insuficientes, nos indican el camino: Solo una respuesta social organizada, de base nacional, nos permitirá alzar nuestra voz entre la masa de españoles que han perdido la ilusión de ser Pueblo entregando a la Nación a los especuladores. Urge una respuesta social organizada que convierta a la masa de nuevo en Pueblo, que le devuelva su sentido nacional y acabe de forma severa con la usurocracia.
El ejemplo de Grecia e Italia, con la imposición de los Mercados de cambiar los gobiernos de esos países, ha demostrado la nula independencia de los Estados Nacionales, sometidos a los dictámenes económicos y sociales de los grandes lobbys financieros. En efecto, desde hace décadas algunos venimos afirmando que la soberanía nacional no existe, que todos los países europeos están a merced de la voluntad del Mercado y de su brazo armado: la OTAN. La mayoría de las leyes que afectan a los Estados Nación se aprueban en el Parlamento Europeo. La Europa de los Mercaderes no es más que una Gran Empresa en busca de beneficios económicos… Beneficios económicos privados, que en nada benefician a Europa y a los europeos. Pensar en Europa, tener conciencia europea, es nuestro reto pendiente. Por ello, Europa, es, contrariamente a lo que se podría pensar, siendo cuál es su actual situación, la única esperanza de los europeos. Así es, una Alianza Europea de Estados Nacionales, donde la economía se pusiera, de verdad, al servicio común de TODOS, aceptando TODOS grandes sacrificios, permitiría sanear las economías nacionales poniéndolas al servicio del bien común de todos los europeos, convirtiendo a Europa en una gran potencia económica independiente de los Mercados; liberándonos del control militar Norteamericano, Europa podría crear un Gran Ejercito Europeo capaz de hacer frente a cualquier agresión exterior o interior, a la par de liberarse de los conflictos generados por el tándem norteamericano-israelí. Europa necesita esa unidad con carácter urgente; a la vez que necesita recuperar su propia Identidad, fortaleciendo sus raíces culturales y devolviendo a los países de origen a esa gran masa de inmigrantes que los Mercados económicos nos han impuesto en nuestros Estados Nacionales por intereses economicistas, permitiendo solo la entrada a Europa de gentes de origen europeo, y la libre circulación de todos los ciudadanos de Europa.
Con una Economía social al servicio de los europeos; con un Ejército Nacional europeo; y con una Identidad europea recuperada, Europa sería la potencia mundial que necesitamos, libre, independiente y socialmente justa.
Europa, la Europa verdadera, es la vía por la que hay que luchar. Lo demás, todo lo demás, no es más que irrealidad y pasos seguros hacía la catástrofe o a hacia otro modo de servilismo.
Las elecciones de este 20N han demostrado que ha llegado el momento de decir basta. Los partidos que han incidido en el problema de la inmigración no han conseguido ningún resultado, es más, los resultados obtenidos, son de votos procedentes del “cabreo” de una parte de individuos sin fidelidad política. En efecto, sin crisis no hay votos para esos partidos. Sus propuestas son solo parches, que el propio Sistema está dispuesto a aceptar mientras no vea peligrar sus intereses. Es necesario un cambio real de Valores, no basta con agachar la cabeza, poner las posaderas y afirmar que “no se puede hacer más”. El pragmatismo es nuestro peor enemigo. Asimismo, la insistente voluntad de mantener, por parte de algunos, formas pasadas que nada aportan al siglo XXI, no hace más que mantener un desgaste progresivo que al final solo beneficia a unos cuantos individuos egocéntricos. El respeto al pasado, no puede ser nunca sinónimo de reacción; ese respeto, esos Principios y esa Ideología tienen que ser Frente y Vanguardia, para el hoy y para el mañana.
Ahora algunos vienen a darnos lecciones. Sí, lecciones. Nos dicen qué está bien y qué está mal; nos dicen quién es virtual y quién es sólido, quién está acabado, y quién no. Es curioso, quien más lecciones da, siempre es el que más tiene que callar. En efecto, como ejemplo valga la opinión expuesta por el que se considera “ideólogo” de la extrema derecha, y que en la actualidad está afiliado a E2000, ese engendro que se acerca más a un club de amigos de Torrente que a un partido político. Nunca un fracasado había escrito tanto sobre los fracasos, o no, de los demás. Nunca, alguien, que siempre ha salido por la puerta de atrás, ha juntado tantas letras para no decir nada, salvo expulsar rencor e inquina. Todo sea por un buen sueldo (1).
Recientemente le indicaba a un amigo que hay dos cosas que condicionan un hecho para que éste se convierta en éxito o en fracaso: El dinero y la calidad humana. Nosotros no tenemos dinero, la calidad humana está, pero tal vez sea insuficiente por ahora. Lo que nos sobra es ilusión, ganas, y sobretodo, convencimiento. Cuando alguien tiene fe en lo que hace, cuando alguien cree firmemente en lo que lucha, existe voluntad y compromiso, y ni la voluntad ni el compromiso pueden comprarse con dinero.
Este 20N han ganado los Mercados financieros, han ganado los de siempre -se llamen como se llamen-; ha perdido el pueblo que sufre y lucha.
El enemigo ha sido siempre el capitalismo, y toda religión materialista que anteponga la economía al hombre y a los pueblos. La alternativa, única posible: El socialismo nacional europeo del siglo XXI. Hay mucho por hacer…
(1) El MSR sí tiene un concejal. El CELE lleva seis años organizando las Jornadas de la Disidencia cada mes de noviembre. El MSR tiene los militantes que tiene, muchos más de los que algunos creen, y más que otros que hablan mucho, y los tiene sin contratarlos en ninguna empresa, están por creencias y por deber, por unos Principios y Valores llenos de sacrificios. De lo único de que está aislado el MSR es de friki-fachas. Y no, el MSR no consideró positivo presentarse, ante la reforma electoral, a estas elecciones generales del 20N. ¿Pasa algo?
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