IMPERIO DE TINIEBLAS

   

 Lo que está haciendo la UE con Grecia es meterle miedo al país con la falsa amenaza de que viene el lobo, meneando ante los griegos el títere de la quiebra nacional cuando, en realidad, es Bruselas la que teme que aquellos castigados europeos terminen viéndole los hilos a la marioneta y descubran el engaño abandonando la función ya empezada. Y esto es justamente lo que debería hacer Grecia, abandonar el euro y, si es necesario la UE, sin aspavientos, sin que nadie se suicidara, ni Durao Barroso maldijera al Gobierno de Atenas y lo condenara al eterno destierro.

Los griegos pueden y deben hacerlo, con la certeza de que ni eso será el fin del mundo, ni el fin de Grecia, ni tan siquiera de la UE. Aunque si es probable que fuera el principio del fin de este imperio de tinieblas, este reinado de temor económico constante que han impuesto los bancos y demás especuladores mundiales y que es firmemente mantenido por esos despóticos antidisturbios planetarios que son el FMI, el BM y, por supuesto , la UE.

Si Grecia diera ese valiente paso adelante cruzando el "Cabo de Hornos" donde hasta hoy termina el mundo, podría sorprendernos a todos al descubrir un nuevo océano y, tal vez, un nuevo mundo.

Y mienten los tirititeros de la Comisión Europea al asegurar que si Grecia abandona el euro provocará un efecto dominó que precipitará a los demás periféricos y a Bélgica. Por desgracia es mentira; los especuladores están demasiado interesados en la supervivencia del zoco europeo para permitir que sufra, sobre todo porque se ha convertido en una charca en la que estas sanguijuelas han encontrado aliento abundante y gratis.

Al igual que en aquella época oscura del medievo, cuando la Iglesia logró meterle el miedo en el cuerpo a la mayor parte del mundo católico obligándole a siglos de primitivo retraso y, sobre todo, a un temor constante de que cualquier desliz provocara que se abrieran los cielos para que nos partiera un rayo, la Comisión Europea y el resto de la alta jerarquía de europarásitos han logrado grabar a fuego ese nuevo miedo dogmático a que si la UE y sin su divisa, la vida no es posible.

Y lo que estamos viendo en estos días, el constante chantaje de todos los socios comunitarios sobre los griegos, es el primer auto de fe de esta nueva inquisición formada por unos oportunistas estafadores que pretenden seguir chupándole la sangre a la clase trabajadora griega. De hecho, las nuevas medidas de ajuste que se le han exigido a Atenas van directamente dirigidas contra ese ciudadano obrero, sin que se pida el más mínimo sacrificio a los bancos que operan en el país ni a los restantes grandes capitales, que fueron los que provocaron la actual situación de crisis ficticia.

Son títeres, una mentira movida por hilos que inevitablemente, tarde o temprano, terminarán rompiéndose. Sin embargo, las circunstancias dan ahora una oportunidad única a los griegos para cortarlos limpia y radicalmente, acabando con esa pantomima que es la UE, que no es Europa, y con el euro, la moneda de la UE, que no de Europa.