BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

viernes, 17 de junio de 2011

POLÍTICOS ¡ A CORRER !


 
Juan A. Llopart para TdE/En 1968 la organización terrorista marxista ETA iniciaba de forma preeminente la lucha armada. Sus víctimas, sus objetivos político-militares, eran principalmente policías y guardias civiles. No es ningún secreto que esta organización terrorista era bien vista por la oposición franquista, tanto del interior como del exterior, la cual daba cobertura a sus activistas. Lo mismo puede decirse del FRAP. Las últimas condenas de muerte firmadas por Franco contra militantes de ETA y del FRAP, fueron motivo para que en la mayoría de países europeos se celebraran manifestaciones contra Franco y a favor de los terroristas, llegándose a destruir la embajada española de Lisboa.
ETA, tras la muerte de Franco e iniciada la transición política española hacia la partitocracia, prosiguió con sus asesinatos. El cambio de régimen no fue motivo para deponer las armas ni de dejar de contar con apoyos claros por parte de importantes sectores de la sociedad española. En efecto, partidos como el PCE (ml), la ORT, la LCR , el PTE o el MC que contaban con una base social importante, no dudaban en solidarizarse y apoyar a los grupos terroristas marxistas.
ETA  siguió asesinando a policías y guardias civiles, pero también a militares y a “ultras”, la clase política condenaba, pero se limitaba a eso, a condenar. ¿A quién le importaba un policía o un guardia civil? ¿A quién le importaba un militar de carrera o el chofer de un coronel? ¿A quién le importaba un falangista o un carlista? Era suficiente con condenar. Los políticos condenaban y repartían medallas, cuatro besos y una palmadita en la espalda. Pero un día el “problema de ETA” empezó a cambiar. Así fue,  ETA decidió asesinar a políticos, a políticos del PP y del PSOE. Entonces todo cambió, vinieron las manos blancas, las manifestaciones de repulsa, la ira contra los terroristas y la mano, efectivamente dura. ETA había pasado la línea roja. Ahora ellos, los políticos, los “representantes del pueblo” –habría que decir: los representantes de la Banca y del gran capital-  eran el objetivo y eso no se podía permitir.

En Cataluña ha ocurrido algo inesperado, pero digno de analizar –y por mi parte de aplaudir-. En efecto, los políticos han sido objeto de la ira del Pueblo cabreado, han sido perseguidos, señalados, acusados. Los políticos han tenido que ser escoltados dentro de furgones policiales; han tenido que utilizar helicópteros para poder acceder al Parlamento catalán. Los políticos dicen estar indignados y enfurecidos, afirman que las protestas ciudadanas  han pasado la línea roja. Han osado tocar a los políticos –igual que ETA-.

Es curioso, o al menos a mi me lo parece, que cuando se toca a los políticos todas las alarmas se encienden, entonces sí, que hay motivo para escandalizarse y usar la violencia institucional democrática. La casta política se cree que los del Pueblo somos parias, se cree que nos tragamos “eso de que vivimos en democracia” porque cada cuatro años nos monten el circo de las elecciones, se creen que son intocables y que tenemos que aguantar su prepotencia, sus corruptelas y su gestión de espaldas al Pueblo,  amparados en eso de que la “democracia es el sistema menos malo”. La Democracia es el poder del pueblo y el pueblo no tiene ningún poder, por consiguiente no existe democracia, existe la partitocracia o la bancacracia. Un Pueblo que no tiene aseguradas sus necesidades básicas, es decir, una vivienda digna, un trabajo estable, una sanidad integral, una educación de calidad, y unas pensiones garantizadas, mientras esto ocurra, nuestro Pueblo no será un Pueblo libre. En contrapartida los Bancos y las grandes multinacionales, gracias a los políticos, consiguen año tras año aumentar sus beneficios económicos. Está claro, pues, a quién beneficia “este sistema menos malo”.

Tanto les da a los políticos profesionales si un grupo de energúmenos intenta impedir violentamente un acto del Movimiento Social Republicano; no les preocupa que se persiga a libreros y editores; nada les afecta que el 45% de los jóvenes españoles estén en el paro; que les importa a ellos, los políticos, que miles de españoles sean embargados por los bancos dejándoles sin un techo; que les importa a estos “partitócratas” que haya millones de españoles lindando la pobreza… a ellos solo les importa que españoles indignados, por su terrible situación laboral, económica y social, les han hecho correr; les han hecho sentir por unos instantes la angustia que el pueblo pasa diariamente; que les hayan dicho lo que realmente piensan de ellos en la cara; en una frase: a los políticos les importa que se hayan hecho “pis” encima y delante de todos.
Los políticos profesionales están muy bien acostumbrados, ellos se amañan sus sueldos y dietas –dietas muy superiores a sus sueldos-; ellos se aprueban sus elevadas pensiones; ellos aprueban leyes para que sean intocables; ellos encarcelan los votos durante cuatro años haciendo y deshaciendo lo que les antoja prescindiendo de lo prometido en las elecciones; ellos están al servicio de la Banca y no al servicio del Pueblo. Los políticos, se creen que el pueblo es tonto y que siempre estará manso y callado.
En Cataluña los políticos han corrido y han tenido que volar, y hasta camuflarse para no ser presa de la masa. Dicen que les legitima el voto del Pueblo, de ese Pueblo al que ignoran y engañan constantemente. Dicen que los “cabreados” han pasado la línea roja, es falso, quien ha pasado la línea roja son ellos, los políticos: Con el estómago del Pueblo no se juega, llenar la nevera de nuestra casa no se vota, sencillamente se llena, aunque sea pasando por encima de los políticos y de su choriza partitocracia al servicio de los banqueros.

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