La mayoría son jóvenes, pero otros no tanto, mas el nivel cultural medio-alto y las ganas de cambiar las cosas actúan como aglutinantes de la variedad de personas que componen Democracia Real Ya (DRY) Marbella y San Pedro, que ahora crea la plataforma "Toma la Plaza Marbella". Siguiendo el ejemplo de localidades cercanas como Fuengirola y Benalmádena, nace este otro grupo del movimiento local del 15M para poder ampliar su radio de acción.
"NO hay una división, somos dos brazos de un mismo cuerpo", afirma Alba Rodríguez, portavoz de la comisión de Comunicación, y continúa "por mucho apoyo social que tengamos, se necesita una adaptación gubernativa, un cambio de las leyes". Ahí entra DRY para encauzar el esfuerzo y la opción de la calle. Por ello, los grupos de toda España están recogiendo firmas para elevarlas al Congreso pidiendo, en principio, la reforma de la ley electoral.
En Facebook son casi 150 amigos los que forman el grupo de Democracia Real Ya Marbella y San Pedro. Aunque tienen las nuevas tecnologías y las redes sociales como su principal vehículo de comunicación, se reúnen diariamente ( creo, no estoy del todo seguro, que ahora solo lo hacen los viernes, ) en la Avenida del Mar a las 20:00 horas, en un foro abierto o ágora griega donde todos tienen derecho a la palabra.
Demandas generales de DRY Marbella.
La democracia debe ser tal cual nació: asamblearia, o al menos así toman la mayor parte de las decisiones los miembros del movimiento local del 15M. Entienden que haya una democracia de representación, pero exigen más participación ciudadana. Esta es la raíz madre de todas las reivindicaciones, pero concretan mucho más.
El gran caballo de batalla es aumentar la participación ciudadana en las decisiones democráticas. "¿ Por qué no se utiliza más la figura del refréndum para cuestiones de gran calado si está contemplado en la Constitución ?", se pregunta Kristina Hara, portavoz de coordinación. Para lograr esto, el primer objetivo es la reforma de la ley electoral, algo en lo que están de acuerdo todos los grupos de España. "Sobre todo queremos abolir la ley D'Hondt", afirma Hara, un sistema aplicado en cualquier comicio, que no tiene en cuenta el número total de votos y por el cual puede conseguir representación un grupo minoritario aunque la mayor parte de los ciudadanos hayan votado a otro. También piden que el voto blanco y nulo no sea asimilado por ningún partido político tras el recuento electoral.
Por ahora, es casi todo lo que a corto y medio plazo esperan conseguir. Para ellos es mucho, porque continúan con la creencia de que este primer paso cambiaría muchas de las situaciones sociales que estamos padeciendo. No obstante, tienen un firme criterio en otras cuestiones.
Por un lado piden la eliminación de los privilegios políticos. Cada grupo lo expresa de una manera, con la desaparición del Senado o simplemente con la reducción del despilfarro sin control de la clase política, pero el sentir es idéntico: sin las prebendas que acompañan a los cargos públicos, la política estaría exenta de corrupción, pues esta emana del poder y el dinero, no del servicio a los demás. No apuntan a nadie, no miran a los ayuntamientos por ser una Administración cercana; quieren cambios, no cabezas de turco.
Gran parte de la "indignación" que les dio nombre fue por los cinco millones de desempleados con los que ha contado España. Respecto a esto, en Marbella se cree que es un problema que tendrá que remitir cuando lleven a cabo las principales reformas que proponen. Algo similar debe ocurrir con la vivienda y su difícil acceso para la juventud, a pesar de la explosión de la burbuja inmobiliaria.
Lo que si tienen muy claro es la necesidad de un control férreo a las entidades bancarias y la devolución por parte de éstas del capital público aportado para su rescate.
Otra de sus pretensiones es que desaparezca el bipartidismo, "pero tenemos claro que eso no lo conseguiremos ni en un día ni en dos, ni siquiera de aquí a unas elecciones generales", explica Alba Rodríguez. DRY Marbella ve su formación como un trayecto de maratón y confía en que las reuniones diarias a las 20:00 horas en Avenida del Mar y las asambleas de los viernes cuenten cada vez con más integrantes para poder aumentar la presión social.
Se trata de medidas de sentido común que han tenido que emanar de la calle porque, curiosamente, están muy lejos del pensamiento de la mayor parte de las fuerzas que ostentan el poder.
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