BOLETÍN INFORMATIVO DISIDENTE NACIONAL REVOLUCIONARIO

miércoles, 15 de junio de 2011

VIVENCIAS EN URGENCIAS

   Como horrible e indignante podría calificar la tarde-noche que pasé ayer en las distintas urgencias de la sanidad pública, de mi ciudad, al acompañar a mi madre que se encontraba bastante mal debido a unos problemas de salud que ahora mismo no vienen al caso.

   Después de que los médicos llevaran  varios días mareándola de aquí para allá y sin darle solución a sus problemas de salud acudimos, de nuevo en la tarde de ayer, a urgencias del ambulatorio  "Las Albarizas". Mientras esperábamos a que nos prestaran la nefasta atención que por costumbre dan en nuestra sanidad pública más acentuada, aún si cabe, en urgencias; fui testigo de varios episodios que me indignaron e irritaron de sobremanera.

   El ambulatorio de "Las Albarizas", para el que no lo sepa, se encuentra a escasos metros del barrio marginal por excelencia de Marbella. La calle donde se encuentra el centro de salud se encontraba ( como todos los días ) infectada de drogodependientes intentando conseguir unas monedas ayudando en el aparcamiento, llevando el carrito de la compra del supermercado de enfrente a su lugar correspondiente, pidiendo a las viandantes,.... Algunos de ellos incluso se encaraban con conductores que no querían acceder a sus "honorarios" por su "gran labor" ayudando en las maniobras de aparcamiento. Estos individuos, como podréis imaginar, teniendo el centro de salud tan cerca de su radio de influencia cuando no tienen dinero suficiente para comprar en su "hipermercado" particular entran y salen a su antojo a urgencias en busca de que algún médico le proporcione algo para mitigar el "mono". Tal fue el caso, mientras me encontraba allí, del archiconocido "Beckam de Marbella" que vara de hierro en mano se introdujo hasta el interior de las consultas buscando a no sé que doctor.

   Tras un buen rato de espera, y tras echar un vistazo a mi alrededor, me di cuenta que mi querida madre y yo estábamos rodeados literalmente de inmigrantes, en su mayoría sudamericanos aunque también había un par de moros, uno de ellos por cierto muy inquieto y susurrando "Dios sabe qué" en su lengua cada vez que comprobaba que no le tocaba a él todavía entrar a consulta.

   Poco después se vivió el primer momento de tensión en la sala de espera. Tras ingresar en la misma, desde el exterior, una joven de etnia gitana que le comenta a la enfermera, la cual se encontraba en la recepción, que necesita ser atendida por una quemadura. La enfermera le pidió su tarjeta sanitaria o su número de DNI, a lo que la joven "calé" le responde que no lleva la tarjeta ni el DNI y que el número no se lo sabe. La enfermera se niega entonces a meterla en la lista y le insta a que vaya a su casa para traer algún documento que la identifique. Tras una leve discusión, la enfermera la amenaza con llamar a la policía nacional a lo que la joven responde con insultos y maldiciones ( algo muy típico entre las gitanas ) para posteriormente abandonar el ambulatorio.

   El segundo momento de tensión se vivió pasadas ya las diez de la noche y se produjo con dos subsaharianos. Al parecer les habían pegado y entraron muy excitados al centro de salud. El enfermero que les atendió les pidió la tarjeta sanitaria o el DNI, a lo que ambos responden que no tienen. Algo sorprendido el facultativo les explica que sin eso no les puede atender y uno de ellos, al que se le entendía un poco mejor, le explica que él si tienen pero que no sabe donde está y que su compañero es ilegal y por tanto no tiene nada. Finalmente accede a atenderles ( ¿ discriminación positiva por ser negros ? ) y les pide explicaciones de lo que les ha pasado y que es lo que tienen exactamente. Muy irritado y acalorado el más "parlanchín" explica que un hostelero les a acusado de robar algo y que por eso les ha pegado. "¿ A los dos ?", pregunta el enfermero. " Sí, era grande y fuerte el blanco cabrón. Me cago en su raza.", respuesta del negro. En ese momento un señor español y yo, además del enfermero, le clavamos la mirada de un modo amenazante. El individuo sintiéndose sin duda observado y amenazado le suelta el enfermero un temeroso: " Perdone, disculpe. Estoy un poco nervioso". ( ¿ Racismo anti blanco ? ).

   Acto seguido de este incidente, y después de más de 3 horas en aquel nido de cucarachas, salimos del ambulatorio pero para dirigirnos a urgencias del Hospital Comarcal puesto que los inútiles médicos del centro de salud no consiguen que la dolencia de mi madre mitigue. En el Hospital me topo con otra sorpresa de lo más indignante, definitivamente la Junta de Andalucía ha privatizado los aparcamientos del Comarcal.
Evidentemente, y como no podía ser de otra manera, no accedo a que me estafe de esta manera tan descarada la sanidad ¿pública? y aquellos que la controlan, en este caso la Junta. ¡ LADRONES, CHORIZOS, SINVERGÜENZAS ! Vergonzoso el hecho de privatizar los aparcamientos de un hospital público. ¿ Hasta dónde estamos dispuestos a aguantar en este país ? Cuando accedí a urgencias comprobé como los guardias de seguridad hablaban con una pareja de policías municipales explicándoles que los coches estaban aparcados en zonas de minusválidos, sobre líneas amarillas ( tal era mi caso ) e incluso en lugares reservados para las ambulancias; a lo que sorprendéntemente la policía hizo caso omiso alegando que era normal, que lo que no era normal era privatizar el aparcamiento del Hospital.

   Al fin, y no sin antes pasar algo de frío por la baja temperatura a la que tenían el aire acondicionado en la sala de espera del Hospital, mi madre fue atendida como una ciudadana española se merece y le fue detectado el problema y en consecuencia tratado. Eso sí, mi enorme cabreo por todas estas vivencia en urgencias aún sigue activo en mi interior y de ahí que lo haya plasmado en este artículo. Espero os sirva como una prueba más de lo que está sucediendo no solo a nivel sanitario sino a todos los niveles, tanto en España como en Europa.





   Perfecta canción, "Gangrena" de Dramatic Battle, para explicar musicalmente mi artículo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario